Capítulo único

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Hola, mi nombre es Makkachin

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Hola, mi nombre es Makkachin. Soy un perro, más específico un caniche y realmente no sé cuántos años tengo. ¿Pero eso es importante?

Me gusta mucho jugar con la pelota, saltar por todos lados y también pasar el tiempo con mi amigo, Viktor Nikiforov. Él es la persona que me adoptó cuando era solo un cachorro y desde entonces hemos estado juntos.

Viktor y yo hemos pasado por muchas aventuras y es realmente divertido estar con él, aunque ahora lo es todavía más porque un nuevo compañero se nos ha unido. Se llama Yuuri Katsuki y él quiere mucho a Viktor. Viktor también lo quiere a él, siempre sonríe cuando lo ve y no deja de abrazarlo cuando están juntos.

Pero ahora mismo Viktor y Yuuri están separados y es por eso que Viktor se ve bastante desanimado.

—¡Ah, Makkachin, es tan difícil no estar con Yuuri en navidad! ¿Por qué precisamente tenían que cancelarse los vuelos de anoche en Japón? ¡Yo quería ver a Yuuri! —refunfuña Viktor tirado en el sofá, abrazándome con fuerza y hundiendo la nariz en mi pelaje. A mí me agrada mucho cuando me acaricia la cabeza y las orejas—. ¿Tú no extrañas a Yuuri, Makkachin?

Alzo la cabeza al oír la pregunta, sabiendo que mi amigo espera una respuesta de mi parte. Le digo que sí, aunque para él solo suena como un ladrido. Aún no he desarrollado el modo de hablar con Viktor, pero lo bueno de todo es que de cualquier forma él siempre me comprende.

—¡Lo sé, yo igual, Makkachin! —gimoteó Viktor, apretándome más contra él—. Pero, uh, de alguna manera es bueno que no haya venido todavía... ¡Ni siquiera tengo su regalo de navidad!

Al parecer los humanos celebran todos los años un día especial llamado "Navidad". La palabra suena muy linda, así que supongo que debe ser algo bastante bueno. Sobre todo porque ayer Viktor compró tarta de fresa en honor a la tal navidad y la tarta de fresa es muy buena, ¡así que la Navidad debe ser algo muy genial!

Pero ahora mi amigo está triste por no haber podido pasarla con Yuuri. Observo con atención cómo los ojos de Viktor brillan, mirando a un lado y haciendo un puchero. Me duele verlo de ese modo, es mejor cuando está sonriendo.

Me levanto de un salto al tener una excelente idea que estoy seguro hará muy feliz a Viktor. Corro hacia la puerta, llamando a Viktor en el proceso.

—¿Makkachin? ¿Qué pasa? —Empiezo a rasguñar la puerta cuando él llega—. ¿Qué sucede? ¿Quieres un paseo? Pero... hace frío y...

Viktor duda un instante, apoyando un dedo en su mentón. Al final se encoge de hombros y va por mi correa favorita.

—Bueno, un paseo quizás me ayude a distraerme mientras llega Yuuri. ¡Vamos, Makkachin! —exclama sonriendo, a lo que le contesto con otra afirmación-ladrido.

El lugar en el que nos encontramos, según escuché una vez de Viktor, se llama Rusia. Y Yuuri está en Japón, lo cual al parecer queda un poco lejos de Rusia porque deben viajar en el aire por ese aparato grande que todos llaman avión. Rusia es enorme y muy fría, pero por fortuna mi pelaje me ayuda a mantener cálido. Viktor, no obstante, debe ponerse miles de prendas encima para cubrirse o moriría. O al menos eso dijo alguna ocasión.

Una navidad con Makkachin |Viktuuri|Where stories live. Discover now