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Mierda, nunca imaginé a lo que se referían con que París me haría sentir una pequeña hormiguita en el mundo. Los últimos años había estado viviendo en Lyon, a mis padres y a algunos amigos les preocupaba el hecho de que fuera sola a París, pero ahora en verdad me daba cuenta que había subestimado las opiniones de todos.

Bien, oficialmente estaba perdida en una ciudad que me parecía desconocida, debido a mis contadas visitas a esta ciudad y como cereza del pastel, me había quedado sin batería en el celular.

Adrien se había ofrecido a pasar por mí, obviamente me había negado en un principio, pero él también insistió. Aunque había pasado un pequeño inconveniente, su novia americana necesitaba de su ayuda o simplemente alejarlo de mí, así que no había podido venir por mí a la estación de trenes.

Caminé un poco más, no serviría de nada quedarme parada sin hacer nada. Para mi suerte encontré un pequeño local de una marca global de cafés. Entré sin perder más tiempo y me coloqué cerca de la conexión a la electricidad.

Mientras cargaba mi celular, me dediqué a cuidar mi maleta. La última vez que había viajado sola, había terminado con dos maletas menos y con las fotos del viaje perdidas. No repetiría esa experiencia.

Además de que este viaje no era totalmente turístico, tampoco venía solamente a visitar a mi mejor amigo. Desde hace unos meses atrás, Adrien y yo habíamos estado discutiendo la posibilidad de que yo me mudara a París con él.

Hacía un año que Alissa vivía en París y solo unos meses de conocer a Adrien, pero eso no la detuvo de matricularse en una universidad francesa y cambiar sus planes de vida para que se acoplaran a los de mi amigo. ¿Quién es Alissa? La culpable de que yo esté perdida.

Se trata de la estúpida novia estadounidense de Adrien. Es una rubia, de hermosa sonrisa, cabello sedoso, piernas largas y ojos color mar. Tiene un cuerpo envidiable y una actitud detestable, cree que él mundo le debe todo por su simple existencia.

Aun no entiendo que es lo que Adrien le ve, ha tenido mejores novias, pero ninguna lo había tenido tan enloquecido como ella. Quizá es porque es de Estados Unidos, la única vez que estuve allá fui a diferentes estados del sur como California, Nevada, Florida, Texas, Georgia y descubrí que las mujeres son un poco locas. Tal vez es eso, mi amigo necesita un poco de locura; aunque la locura de Alissa es superior, seguro es porque es de Nueva York. Las norteñas deben de ser peores.

Realmente no entiendo del todo esa relación. En fin, no tengo que entenderla y después de todo yo ya he hablado miles de veces con Adrien, pero a él no parece importarle lo que yo opine al respecto.

Sé que no es tan odiosa como yo la veo, pero eso se lo ha ganado a pulso; Mi odio. Después de todo fue ella quien me odió primero sin razón aparente, así que me vi en la necesidad de hacer que el sentimiento fuera mutuo.

¡Por fin! Mi celular tuvo vida de nuevo, prometo que no vuelvo a utilizar mi celular durante un viaje. Noté que tenía varias llamadas perdidas de parte de mi mejor amigo.

"Me perdí." Escribí en la conversación que tenía con mi mejor amigo, en una aplicación de mensajes instantáneos.

"Lo noté, ¿estás bien? ¡Dime dónde estás para irte a buscar!" Respondió al instante, no demoró ni un segundo en darme respuesta.

"Estoy bien. Adrien, si supiera donde estoy, obviamente no estaría perdida." Me fue casi imposible no reír al escribir de regreso.

"Tienes razón. Lo siento ange, es solo que no puedo pensar cuerdamente, me tenías preocupado. Manda tu ubicación e iré a buscarte ahora mismo." Escribió en respuesta.

No respondí de regreso, después hablaríamos y lo único que quería era llegar al departamento de Adrien a descansar.

Pasaron veinte minutos cuando lo vi entrar por la puerta de la cafeteria, elevé mi mano y se acercó rápidamente a envolverme en sus brazos.

—Me tenías preocupado. —anunció de manera sincera.

—Lo siento. —respondí un poco avergonzada.

Adrien me sonrió mostrándome que no pasaba nada, se acercó y tomó la mayoría de mis maletas.

Caminamos de salida del café, cruzamos la calle y ahí estaba un auto esperando por nosotros.

—¿Es tuyo? —no tardé en cuestionar al ver que sacaba las llaves y recordar que apenas la semana pasada había chocado su auto y lo había dejado destrozado.

—Es prestado, un compañero del equipo. No dudó en prestármelo cuando le conté que te habías perdido. —explicó encogiéndose de hombros, mientras metía las maletas en la cajuela.

Mi primera intención fue subir al frente, pero me di cuenta de que alguien más ya estaba ocupando el asiento de copiloto.

—Hola. —dije al introducirme en la parte trasera resignada, la rubia estaba bastante cómoda en su asiento.

—No entiendo cómo pudiste perderte, es más, solo tenías que caminar un poco más para llegar al edificio. —exclamó con su voz chillona la rubia y con acento divertido, echándome en cara mi error.

—Tu comentario está fuera de lugar. —respondió mi amigo, se sintió incómodo.

No dije nada, no quería meterme en problemas desde el principio de mis vacaciones. Además, sé perfectamente que yo las llevaba de perder en una discusión con Alissa.

Simplemente me dediqué a escuchar la música que sonaba en la radio y esperar que estuviéramos en el edificio lo más pronto posible. Solo quería y necesitaba dormir. 

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⏰ Last updated: Dec 29, 2018 ⏰

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ange » adrien rabiotWhere stories live. Discover now