Prólogo

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Fin.

Hydra siempre se había preguntado por qué todas las historias terminaban con las mismas palabras, fin. ¿Qué demonios tenía el fin para que todos lo quisieran en sus cuentos?

El fin. Siempre lo escuchaba en los cuentos que su padre le solía leer. Era gracioso que ahora todas esas noches de lectura tuvieran su propio fin.

Ella solía reírse, reírse tan fuerte para ocultar el dolor que causaba que su padre y su madre ya no se vieran, porque hacía tiempo que ella se había dado por vencida, ¿Qué sentido tenia luchar si ellos no lo hacían?

¿Cuál era la diferencia? Nunca nada se quedaba con ella, sólo era un barco de falsas esperanzas, con tantos agujeros que comenzaba a hundirse y lo peor era que ni siquiera sabía nadar para poder alejarse de ese mar de desesperanza que por momentos intentaba ahogarla. Todo su mundo se quedaba en silencio, un silencio abrumador que la consumía entera.

Su vida se había vuelto gris, como el humo de los cigarrillos, como sus ojos, como el cabello de un anciano, como sus sueños, grises, sin nada, sólo cosas vacías. Y le hace tanta falta color, que no encuentra la manera de seguir.

Era triste, era más que triste, era cruel, porque ya no vivía con alegría, ya no vivía completa, como si ya no tuviera ningún sentido tener esperanza, por que tenerla significaba tener la desilusión pisándole los talones.

El Mundo de Hydra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora