Después del gran impacto de la caída, logré despertar y lo primero que logré observar fue a mis hermanos corriendo, cada uno con las alas ardiendo llamas, la piel chamucada lograba hacer que sus bellos rostros se formarán en grotescos gestos de horror, muchos de ellos murieron, los demás tuvimos que lidiar con eso, sin embargo la única que parecía no ser afectada por esas llamaradas del abismo fui yo, solo mis blancas alas se lograron tornar de un tono negro sin embargo mi rostro nunca sufrió un cambio, fue así que muchos al ver mi llegada miraban con envidia provocando así una revuelta hacia mi "todo esto es tu culpa, nosotros te seguimos a ti y ahora también tenemos que pagar"- después de eso sólo sentía la piedras caer en mi cabeza, no podía creer que ellos dijeran eso, aunque realmente fue mi culpa. Estaba aceptando mi destino hasta que sentí como la última piedra cayó y se escucharon gritos, al levantar la mirada logré visualizar una silueta con unas enormes alas cubriendome de las piedras, aunque estas estuvieran ardiendo en llamas, seguían siendo igual de magestuosas como siempre habían sido.
-Lucifer- logré decir esto y me lancé a abrazarlo.
"Ella nunca los obligó a ir con nosotros, ustedes tenían ese deseo de estar en contra de la desición de padre. Ustedes fueron los culpables, así que dejen a nuestra hermana en paz, el siguiente que toque o que lastime a su nueva reina me las pagará", cuando dijo esto Lucifer tenía el rostro ardiendo, pero lo que parecía en verdad quemar era su mirada, llena de rabia y dolor.
"Estás ya mejor, ¿Hermana?" Fue lo que me dijo antes de entrar a nuestro nuevo hogar, un lugubre, escabroso pero muy cálido lugar, el mismo infierno.
Al pasar los días Lucifer cambio, pues parecía seguir enojado ¿Estás bien cariño? Fue lo que dije antes de recibir una bofetada, "te dije que no me molestaras, ahora la creación de padre está reinando nuestro hogar por derecho, tengo que ver la forma en que pueda desterrar a esos simios calvos" mientras estaba en el piso tocando mi mejilla, con unas cuantas lágrimas callendo por mis ojos idee un plan, algo que no podría fallar.
Tomé vuelo al paraíso, lugar que estaba custodiado por angeles que logré reconocer Uriel y Zadkiel, ángeles que antes eran un rango tan bajo que no valían.. ahora veo que son más importantes que antes. Supongo que son los remplazos de Lucifer y Yo en la guardia de Miguel.
¿Cómo lograré pasar? Fue lo primero que cuestione, sin embargo no me tomo mucho, logré visualizar a una criatura que se movía por el suelo, arrastrándose, era tan hermosa y funcional que decidí tomarla del cuello, pero esta misma me mordió, esa mordida inyectó un veneno dentro de mi cuerpo, logré sentirlo, sin embargo este no me afectó como lo haría en alguien mortal, cuando hizo esto solo rompí su columna y esta criatura murió así de rápido, fue entonces donde tome su forma, sin embargo mi forma no era como ella, mi color era negro, mis ojos eran de un amarillo que hipnotizaba a cualquiera, sin embargo era más ágil que aquella primera criatura.
Cuando logré visualizar a los nuevos juguetes de papá, me dispuse a seguirlos, una bella mujer era con quién me encontré, su imagen era parecida a la mía, pelo rizado de un tono más claro, ojos azules, perfecta figura y un olor que cautivaria a cualquiera.
Eva ese era su nombre, al verla me hizo recordar los bellos momentos que logré pasar con todos mis hermanos, con Miguel; sin embargo también me hizo recordar la batalla, nuestro declive, la caída y aquellos gritos de nuestros aliados que sufrieron tanto la batalla pérdida.
Al mirarla logré recordar, el odio que me tenía, así que procedi a morder su tobillo desnudo, pero mi veneno no era como el de cualquier criatura, sin embargo eso no lo sabía hasta aquella noche.
Eva se encontró con Adán, mientras yo la seguía me disponía a morder igualmente a Adán para así acabar con los dos de una vez, Adán tenía una apariencia demasiado cercana a Lucifer, pero también a Miguel, su cabello corto con rizos definidos, esa mirada de color azul como el cielo, el porte elegante que tenía, simplemente, no podía hacerlo pero tenía que. Fue entonces, con decisión logré morder a Adán y a Eva una vez más, y subí a la copa del árbol más cercano, para lograr ver cómo ambos morían lentamente, pero no fue así, al caer al suelo ambos empezaron a besarse, tal como esa noche con Lucifer, vi cómo ambos interactúaban y parecían amarse, fue cuando lo supe Mi veneno no era letal, era la misma lujuria que yo sentí al ver a esa mujer y a aquel hombre sin ropa, era la misma que yo sentí al estar con Lucifer y aquella lujuria que me nació cuando Miguel trató de besarme y no termino.
Ese era mi veneno, pero fue efectivo. Al hacer que sucumbieran al deseo, ambos fueron exiliados del paraíso, perdieron su lugar y fue cuando regrese a mi reino, buscando a Lucifer.. y lo encontré, junto con una hermana... Acostados en nuestra cama, cuando vi eso, solo logré hacer que está misma se quemará de poco a poco.
"Por qué hiciste eso LUCIFER!! ACASO NO SOY SUFICIENTE PARA TI??!" Le cuestionaba mientras hacía que el fuego se intensificará.
"Lo eres, eres la única, pero ella necesitaba de amor, tú también lo necesitabas y te lo di.. no seas egoísta bebé, tú para mí serás mi reina, además estuviste fuera todo el tiempo", cuando dijo eso sólo me hizo sentir a mí culpable de que el hiciera eso y fue cuando me calme y pedí perdón por qué el me fue infiel, a estas alturas me doy cuenta que no era mi culpa, y no debo ni debí pedir perdón por algo que no hice, sin embargo así fue, "hice que los juguetes ya no estén ahí" cuando dije esto Lucifer solo se limitó a darme una cachetada de nuevo, pues el quería hacerlo y yo fui quién lo logro y no él.
"Eres una entrometida Asmodeo, de ahora en adelante te llamare así...pues ahora tu eres la que contamina todo de lujuria, quieras o no, eres una puta y serás mi puta" cuando dijo esto, solo chasqueo los dedos y me amarró a la cama, mi veneno se transmitía fácilmente, saliva, lo cual hacia que Lucifer se volviera loco por mí, se podría decir que me obligó a hacerlo cuando no quise, y aún así lo amaba, amaba tanto a Lucifer que creí que así sería la única forma de lograr que el me amara para siempre.
Pero muy tarde me di cuenta que no era así, Lucifer seguía trayendo a más concubinas a nuestra cama, fueron tantas que nunca supe en realidad el número exacto, sin embargo no podía dejar de amarlo; muchas noches me culpaba de que el fuera así, pues mi veneno era demasiado fuerte y tal vez el tampoco era inmune a esto, soporte mucho, hasta que ella llegó.
Lilith, ese era su nombre, un querubín que era parte de mi séquito original.. siempre lo supe desde que éramos parte del cielo, ella quería ser la reina con Lucifer.
Así que sin pensármelo tanto tiempo le hice frente a ambos, recibiendo solo un golpe propinado por Lucifer, uno que logró atinar a la boca de mi estomago, nunca antes había sentido este dolor tan grande, y no era el del golpe pues ya estaba acostumbrada, sin embargo el ver a Lucifer besar a Lilith logro hacer que mi corazón se rompiera y fuera el peor dolor del mundo.
"¿En serio creíste que te amaría para siempre?" - escuché estás palabras venir de la boca de Lucifer- ¿Cómo podría amar a la segunda en la lista?, Solo te quería por el gran poder que disponias en el cielo, pero aquí solo eres un pedazo de basura que no me sirve ni para limpiar el piso, no quiero verte de nuevo aquí.. ahora Lilith será mi nueva reina, así que largo de mi reino y pudrete en el mundo humano.-
No podía creerlo, el gran amor de mi vida me dijo eso, ningún golpe de antes me había dolido tanto, todo el amor que tenía a Lucifer en mi, se convirtió en odio y rabia, sin embargo antes de que pudiera lograr hacer algo en contra suyo, los guardias del palacio lograron noquearme al romper mis alas, esas alas que había cuidado desde nuestro declive, nunca más volaría... Cuando volví a ver la luz, estaba fuera del infierno.. imposibilitada de poder hacer algo o de volver, escucho en a mi espalda una voz masculina.. un tanto familiar.
-¿Así que también a ti te sacaron de ahí?- esa voz la reconocía.. era Belphegor, aquel demonio que me atacó cuando llegue a este lugar de azufre.- tranquila, no te hare daño, princesa-
-no soy la reina ni la princesa, solo soy un Caído exiliado- cuando dije esto surgieron unas lágrimas que nunca creí caerían, eran lágrimas de sangre...
-pues a mí me sigues pareciendo alguien tan linda y hermosa- al escuchar esas palabras, le dirigí una mirada a aquel demonio.
Con cornamenta en su cabeza, algo larga.. de un tamaño grande pero muy delgado y con aspecto débil, sus ojos tenían algo hipnotizante,
-oye, oye no me.mires a los ojos... Podrías caer en mi maldición- se cubría los ojos mientras seguía hablando- si los miras mucho tiempo, podrías quedar dormida para siempre, recuerda que soy la pereza y tú eres.. -
-yo soy la lujuria- un tanto sonrojada pues sus ojos de verdad me hacían recordar las estrellas que se lograban ver en el firmamento, antes de caer..
-pues Señorita Asmodeo... Podríamos lograr que recupere su trono-
Solo miraba al suelo cuando decía esto Belphegor, me era un tanto tonto, pero en realidad deseaba poder vengarme de todo el sufrimiento que me hizo pasar Lucifer- entonces que dice, está conmigo?- cuando dijo esto extendió la mano a mi rostro.. Belphegor era un embustero y por eso lo desterraron, pero tenía algo que hacía mi corazón vibrar.. algo que creí había muerto había regresado con esa mirada azul celeste que tenía...
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Fin del capítulo 2,
Pd. De la creadora..
En serio disculpa a mis lectores por no actualizar en casi un año, pero la escuela me ah consumido el tiempo, pero espero poder traerles más calidad a esta nueva aventura, gracias por seguirla.. nos veremos en el sig. Capitulo
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La leyenda de Asmodeo
Short StoryUn Hermoso ángel que ah caído en las garras embusteras de Lucifer, quien ah jugado con su corazón, sin siquiera saber el gran poder que de esta emergía. Tras bastantes traiciones y bastante tiempo ella olvido quien era, cual era su nombre y por que...