¿Qué dice entonces señorita?- con una sonrisa en su rostro, logro convencerme de unirme a el. Fue extraño todo esto al inicio puesto a que el y yo vivíamos en un lugar solo, sin tanto olor a azufre pero rodeados de extraños seres que no tenían lenguaje. Uno de ellos tenía 4 patas, una cola algo grande, orejas color negro y su pelaje blanco con naranja, una extraña combinación hizo padre al crear a este ser que poco a poco fue acercándose.
-es un zorro- dijo Belphegor
-¿Cómo sabes que ese es su nombre?- cuando dije esto el volteo a verme y dio una risa algo larga pero tierna de cierta manera - había olvidado que nadie me conocía en el infierno, mira llevo un largo tiempo exiliado, desde que caímos, solo eh llegado a estar 2 semanas dentro y aún asi callo en mi la condena de nuestro padre - cuando dice eso señala los cuernos, los mismos de los cuales yo carecía aún- sin embargo, veo que tú eres la única que sigue sin recibir un castigo como tal, tal vez se deba al asunto de Miguel y su corazoncito- en ese momento me logré sonrojar como nunca, recordar cómo se despidió de mi, recordar el como parecía que me estaría vigilando, pero nunca bajo a regañarme al entrar al paraíso, sin embargo tampoco bajo cuando yo estoy aquí, tal vez el mintió y no me está vigilando desde el cielo.
-no lo creo, Miguel seguramente me odia- al decir esto Belphe solo dio una risita, y se puso a mí espalda- bueno, supongo que antes que nada, deberemos lograr curar todas tus heridas, no podrás hacer una nueva revolución si estás herida.. podrian pasar unos meses hasta entonces.. deberíamos ir a buscar refugio no lo crees?- cuando dijo esto Belphegor tomo mis alas tratando de que regresarán a una forma cómoda para mi y que lograrán curarse, pero con cada toque a los huesos salidos de mis alas lograba salir sangre y con ella llantos de dolor.
- Arrancalas- le dije a Belphegor pues ya no soportaba más ese dolor indescriptible.
-pero, son lo único que podría recordarte lo que realmente eres y el como realmente te llamas celestial mente- dijo esto un tanto asustado pero compasivo
-no quiero recordar nada de eso.. yo ya no soy hija de Dios, no merezco recordar mi antiguo yo, no merezco ser la única sin castigo.. así que por favor solo hazlo-
Solo escuché un suspiro y lo último que logré sentir fue el como con una espada que portaba el mismo hizo un corte limpio a mis alas, estás calleron y con ellas más sangre.. sin embargo por primera vez en un año desde que caímos, me sentía libre.
-Miguel, perdóname- solo susurre eso y el cielo se abrió dejando ver una silueta familiar, si, era Miguel con una armadura dorada, con mayor volumen corporal pero nunca cambio algo de el, sus ojos .. nunca entenderé por qué en sus ojos se veía tanto amor.por mi aún cuando lo traicione.
-aléjate de ella- se disponía a atacar a Belphegor y este solo le hizo frente a Miguel.
-ven, hagamos un round 2 de lo pendiente-
En ese momento lance un grito para que se detuvieran, sin embargo caí rendida al suelo, no lograba enfocar mi mirada y Miguel grito un nombre... Nombre que no recuerdo cómo pronunciar y fue cuando me desmayé.Narración desde la perspectiva de Miguel.
Siempre había amado a mí hermana, sin embargo sabía que ella solo me veía como el mocoso que cuidar, sin embargo yo deseaba con todo mi corazón lograr protegerla de cualquier mal, padre era mi prioridad pero Arellys era mi vida entera, o eso creí hasta que paso esa noche; visualice el como Lucifer le clavaba las uñas en su piel, como poco a poco lograba hacerla suya. Eso me lleno de rabia pero más de dolor por darme cuenta que nunca podría llenar ese lugar en su corazón para Arellys sin embargo, no pude hacer nada cuando se hizo la revuelta en contra de padre, no quería matarla a ella.. pero a Lucifer era otro asunto, pues no sería la primer vez que lo miraría con Lilith a espaldas de Arellys, pero ella lo amaba y no podría hacer nada en contra de eso.. así que solo me quedo desterrarlos, pero a ella, Dios me perdone, no quería hacerlo, quería que se quedará conmigo estaba dispuesto a perder mis alas por ella si era necesario, pero ella aún amaba a Lucifer.. fue por eso que le deje su gracia pues sabía que algún día, ella se daría cuenta de esto y podría regresar con algún que otro castigo, pero padre la perdonaría por ser manipulada, nunca le perdí la mirada de encima, siempre la vi.. incluso cuando hizo su travesura con mis creaciones, así como escuchas. Padre ya no quiso seguir con el proyecto, al perder a su hijo favorito entro en depresión, tanto que se ah ido de estas tierras. Así que yo retome su creación. Del barro logré crear algo parecido a Arellys sin embargo no era tan bella y de siguiente antes de darles vida logré crear a un ser parecido a mí. Si pudiera regresar el tiempo desearía que está fuera mi vida con ella.
La vi desde el cielo toda moreteada, pero me sorprendió el como su sangre se había convertido en veneno al ser mordida por esa serpiente, vi como ella no mato a mis creaciones pero hizo que pecaran del deseo carnal. Me hizo sentir mal el despojar del paraíso a las representaciones de ella y yo, pero era necesario.
Pero existía algo que no soportaba ver, era el como Lucifer podía hacer sufrir a alguien que tanto lo amaba y complacía, llegó el punto de mi odio cuando la despojo de todo, hasta de sus alas.. pero yo podia arreglar todo, solo debía decir mi nombre y bajaría de inmediato y al fin lograr subir su alma al cielo y que estuviera conmigo; lo que nunca espere fue que ella decidiera cortar sus alas y así cerrar su regreso al cielo, a nuestro hogar.
-por que lo hiciste, por qué no me pediste ayuda- lloraba mientras tomaba su mano, parecía fría pero seguía viva, su cuerpo estaba muy lastimado y esperaba que mi gracia ayudará a sanar sus heridas y aunque así fue, no podía arreglar su corazón.
-no lo hizo por qué creyó que la odiabas- decía esto ese demonio que corto las hermosas alas de mi Arellys.
-¿Cómo puedes decir eso? maldito traidor, seguramente la convenciste de eso, ella sabía que la amaba y lo haría para siempre- le dije en tono acusador.
-creyo que la abandonaste a su suerte después de lo que paso-
En ese momento logré comprender que ella creyó que la había abandonado ya que nunca baje a ser el caballero que la ayudará a caminar por el sendero correcto que tonto eh sido.
-pero aún así estás aquí junto a mi, eso es lo importante ahora - dijo Arellys quien estaba despertando en ese momento.
-Arellys, estás bien- no pude evitar sonreír aún con lágrimas en el rostro y abrazarla un poco fuerte evitando tocar los muñones de sus alas.
-¿Acaso dijiste algo?, No entendí bien lo que dijiste Miguel-
En ese momento mi esperanza se vino abajo, Arellys ya no reconocía su nombre celestial, lo cual significaba que nunca más podría decir ese nombre ni reconocerlo, en un acto desesperado la sacudí violentamente.
-no hagas ese tipo de bromas Arellys, así te llamas Arellys, acaso no puedes entenderlo?- mientras la sacudía ese sucio demonio me tomo de la muñeca
-entiende que ella ya no va a entender ese nombre, su nombre ahora es Asmodeo, por favor debes calmarte hombre-
Que el tomara mi muñeca me hizo enfurecer más, con mi otra mano tome la empuñadura de mi espada -No te atrevas a llamarla así, sucio demonio de la pereza- cuando dije esto me lancé a él con intención de matarlo, no podía aceptar que mi bella Arellys nunca más podría subir al cielo, a nuestro hogar.
-detente por favor Miguel, este no eres tú - decía mi amada pero no estaba dispuesto a escuchar, solo quería desquitar mi enojo contra todos los demonios que le hicieron daño
-amigo por favor no hagas esto, estás asustando a Asmodeo, no quieres eso o si?-
Fue entonces cuando sentí como una ráfaga de poder nos lanzó a los dos a la pared- les dije que se detuvieran- era Arellys, era quien nos detuvo. Sus poderes han cambiado, lo presiento, pero sigue sin querer hacer daño a las personas, sigue siendo benevolente.
-por favor detengan todo esto, Miguel te agradezco que estés aquí, pero no es razón para que te permita hacer un revuelo- dijo mi hermana ahora ya un poco más consciente y fue cuando me arrodille ante ella.
- Querida hermana, por favor pide la rendición y te podré subir de nuevo al cielo, podré estar junto a ti siempre y te protegeré- le dije mientras estaba tomando sus manos y miraba sus ojos, sin embargo ella apartó mi mano de la suya.
-no puedo regresar a un lugar como ese, ahora este es mi reino y debes aceptarlo Miguel. Tengo que recuperar lo que me han arrebatado- el escuchar esto rompió una vez más mi corazón y mi esperanza para por fin darme cuenta que ella ya no era Arellys, si no Asmodeo.
-¿Me ayudarás?- me decía mientras yo seguía tratando de analizar todo lo que ah pasado y lo tanto que hemos cambiado en este año, trate de regresar a mi cordura, no quería que nadie me viera sufrir por el único amor que eh tenido.
- no puedo entrar a tu reino, Asmodeo, pero puedo brindarte de las armas necesarias para poder derrotar a Lucifer y a su ejercito.- le dije mientras recogía mi espada y la colocaba a un lado de su cama - espero pueda ser de ayuda- cuando termine de decir esto, me levanté del suelo, con la poca dignidad que tenía, alce mi rostro y comencé a caminar a la puerta, nunca llegue a imaginar que este sería el último momento que podría compartir con ella.
-Adios, Asmodeo- fue lo último que le dije antes de emprender el vuelo, trate de no mirar atras, sin embargo, cuando creí que la superaría de mis ojos empezaba a caer gotas de agua - parece que el clima está cambiando, los Ángeles no lloran- fue lo último que dije antes de soltar un pequeño gemido de dolor mientras esas gotas se volvían constantes en caer en mi rostro, mismas que trataba de limpiar sin éxito.
--------------Final de este capítulo.
Perdón si me demore en sacarlo, la escuela está consumiendo mi alma... Espero poder actualizar constantemente de ahora en adelante.
ESTÁS LEYENDO
La leyenda de Asmodeo
Historia CortaUn Hermoso ángel que ah caído en las garras embusteras de Lucifer, quien ah jugado con su corazón, sin siquiera saber el gran poder que de esta emergía. Tras bastantes traiciones y bastante tiempo ella olvido quien era, cual era su nombre y por que...