Capítulo 23

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Era una cobarde, no era fácil de admitir, pero Amber no podía negar la verdad.

En algú momento había aceptado que Dax realmente la amaba. Era un milagro y aún la tenía maravillada, pero lo había aceptado.

Y también había aceptado que ella sentía lo mismo.

Pero no se lo había dicho y eso era inexcusable. Se había comportado de una forma egoísta y temerosa y no le había dicho esas palabras.

Él se merecía saberlo.

No era precisamente alagador que hubiera tardado tanto tiempo en darse cuenta realmente de lo que estaba pasando, pero también podía afrontar eso. Se había estado escondiendo, se había estado evitando a sí misma vivir su propia vida por completo por que tenía miedo.

Y eso iba a cambiar.

La noche anterior había sido un punto sin retorno para ella y, si tenía que ser sincera, también tenía que admitir que su transformación no había empezado la noche anterior. Había comenzado hacía un año, en el sótano oscuro y sucio donde ella había afrontado su mortalidad.

Había cambiado.

Había aprendido que el amor no tenía por qué doler, que podía confiar en alguien además de en sí misma. Dax tenía que saber eso también y tenía que darle las gracias por enseñarle esa lección, pero antes de que pudiera hacer eso, tenía que hacerle entender lo mucho que él significaba para ella.

Pero Dax no estaba en su casa y, si estaba en el trabajo, no le devolvía las llamadas. Pudiera ser que ella hubiera tardado mucho, pero había descubierto la profundidad de sus sentimientos hacia él y no se iba a rendir. Podía hacerlo, podía luchar por lo que quería.

Y lo que ella queria era a Dax McCall en su vida, en su casa y en su corazón.

Para siempre.

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Dado que Dax se había vuelto tan ilocalizable, Amber se vio forzada a empezar con otra cosa, algo que llevaba un tiempo queriendo hacer.

Solo necesito acercarse a la ofina de registro del condado.

Para cambiarle el apellido a Taylor.

Los dos se lo merecían, padre e hija. Y ella quería que Taylor fuera una McCall y, creía que Dax también lo quería y hacerlo le parecío que estaba muy bien.

Había algo más que quería hacer y, mientras esperaba a hablar con Dax, podía llevarlo acabo. Le resultaba duro y significaba tener que tragarase su orgullo, pero lo tenía que hacer  por Taylor.

Su padre contestó al teléfono con su gruñido habitual.

-¿Que quieres?- le preguntó secamente cuando Amber le dijo quién era.

Como siempre, ella se puso a la defensiva inmediatamente y respondió fríamente:

-Le dijiste a Dax que querías ver a tu nieta. ¿Era cierto?

-Sí.

Su padre se aclaró la garganta, una señal de intranquilidad. Pero el nunca se había mostrado intranquilo antes.

¿Podría estar tan nervioso como ella?

Hubo un momento en la vida de Amber en el que habría ansiado algo así, que él mostrara un leve interés, que le dijera alguna palabra de ánimo.

De repente, o tal vez no tanto, eso no tuvo importancia. Ansiaba la presencia de su padre en su vida, pero ahora por Taylor.

O no. Seguía necesitando un padre que le diera su aprobación. Pero sabía desde hacía tiempo que ella estaba bien sin esa aprobación. Mejor que bien.

Un Instante De Pasión {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora