beep beep *;･ﾟ reddie [IT]

l.a.

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Richie era un buen cantante. Richie es un buen cantante y está en una buena banda.

Puede tener a las chicas que quiera en el momento que él quiera, pero eso no es lo que él busca.

En un viaje cuando su banda tocó en L.A., conoció a un lindo chico de ojos cafés que trabajaba de barista en una de las cafeterías más famosas de la ciudad, lo buscó sólo por curiosidad, tal vez sólo para utilizarlo y después dejarlo, como siempre; el chico se llamaba Eddie. Pero algo en su mirada, en la forma en la que movía sus manos al hablar cuando se emocionaba por algo y como se sonrojaba por todo, hizo que Richie se quisiera quedar con él. Cada vez que tenía tiempo libre, regresaba a L.A. Y un día después de que se habían entregado de nuevo el uno al otro en el sofá del castaño, Richie notó que tal vez no sólo quería a Eddie para algo sexual.

Y cuando un día llegó al departamento de Eddie y había un chico llamado Bill, que lo único que hacía era abrazar a Eddie y alborotar su cabello, Richie se dio cuenta que sólo quería a Eddie para él.

Después de un agotador concierto; el penúltimo de América, tendría unos cuantos días libres antes del último concierto y decidió ir donde Eddie.

Tocó la puerta de su departamento y se escuchó una voz que gritaba «Ya voy», la cual definitivamente no era la voz de su Eddie.

Abrió la persona que según el cantante, era la persona más insoportable del mundo: Bill.

Después de un viaje de 7 horas la primer cosa que quería hacer al llegar era besar a Eddie, pero al parecer ya no era posible.

–¿Qué t-tal?.–dijo Bill con una sonrisa deslumbrante, que Richie sólo quería golpear.–P-pasa, Eddie se e-está vistiendo .–Está bien, eso no ayudaba en nada.– porque se a-acaba de ba-bañar.–y Richie soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo, Bill rió.

–Bill, ¿quién era?.–escuchó la voz de Eddie salir de su habitación, sonrió automáticamente.

–Adivina.–dijo Bill.

–Si es John quiero que le digas que se vaya, porque no tengo intenciones de salir con él, pensé que ya se lo había dejado claro...–demasiada información para que Richie quisiera golpear a ese tal John, y al parecer Bill lo notó.

–Eh, no Eddie.

–Si es Duncan...–Richie tampoco quería escuchar sobre el tal Duncan.

–No, no soy Duncan.–esta vez Richie se adelantó a hablar.

–¿Richie?.–dijo Eddie, con un toque de emoción en su voz.

–Tal vez.

Eddie salió corriendo de su habitación con sólo un calcetín puesto y la playera y su pelo desordenados.

–Richie.–dijo después de un minuto de admirarlo. Corrió hacia él y lo abrazó.–Te extrañé mucho.

–Yo también.–susurró en el cabello mojado de Eddie. Y eso era verdad, Richie estuvo todo el tiempo pensando en él, lo veía en todas partes y eso lo estaba volviendo loco porque jamás creyó que se enamoraría tan rápido.

Richie acomodó la playera de Eddie, y acarició su cabello.

Bill suspiró, incómodo y Eddie se separó de Richie para mirarlo, el mayor frunció el ceño hacia Bill.

–Bu-bueno, creo que ahora sobro así que iré a c-comer algo por ahí, para poder ver el p-partido ya saben.–dijo Bill.

–No, Bill si quieres te puedes quedar, a nosotros no nos importa, ¿verdad, Richie?.–Eddie volteó a verlo y Richie sólo hizo una mueca.