Más lejos que cualquier otra cosa;

100 10 4
                                    

16 años. 

Parque.



Aristóteles siempre deseó ser valiente.

Bueno, en realidad, desea muchas cosas. Quiere que su padre lo respete, quiere ser una figura que Arquímedes pueda admirar, quiere el amor y la paz de su madre y poder ser sincero sobre lo mucho que adora y aprecia a su familia. Quiere tener a la gente correcta a su lado, quiere amar y ser amado, vivir libremente. Quiere caminar a su propio ritmo, poder pasar días y semanas trabajando en su música, ganándose la vida con lo que puede crear y que sus pequeñas aspiraciones se vuelvan mágicas.

Aristóteles piensa que la valentía es el centro de todo, el motor de una vida.

Si tan solo fuera lo suficientemente valiente como para alzar la voz cuando su padre se involucra con los López, para seguir hablando cuando le dice a Aristóteles que guarde silencio. Si solo su valentía fuera del tipo que pueden mirar y desear poseer. Si tan solo pudiera acercarse a su padre y decirle: "No hay razones para mantener riñas con su familia, ellos son amables y no deberíamos crear odio, además Temo...".

Si solamente.

Si solamente su padre no le sermoneara por horas sus diplomacias morales –"correctas"– todos los días desde que tiene uso de la razón.

De verdad, una parte de Aristóteles se esforzaba en entender de dónde nació tanto desprecio por las personas distintas, siendo su hijo busca la justificación de su malquerencia hacia lo diferente, porque no es una actitud que Aristóteles pueda imitar, simplemente es incapaz de hacerlo, la postura de 'juzgador' de su padre no le agrada ni puede apoyarla. Y... otra parte se revela siendo amigo de Cuauhtémoc desde hace un año. No fue un capricho de Aristóteles o de Cuauhtémoc, por supuesto, inconscientemente establecieron su amistad sin saber que vivían en el mismo edificio, además Cuauhtémoc era realmente agradable y Aristóteles difícilmente respondería lo contrario. 

Aristóteles no quería permitir que su padre arruinara esto.

"¿De qué estás hablando?", Cuauhtémoc murmura, una noche, cuando están mirando el cielo desde un parque lejano, Cuauhtémoc ha sido conducido incógnitamente por las viejas calles de Oaxaca con Aristóteles guiándolo, ambos encontraron un pasto donde acostarse. "No soy el primero ni el último en decir que el molde que la vida me dio no me ajusta para ser feliz".

"Pero tú eres valiente", responde Aristóteles, colocando su brazo como almohada para que su amigo descanse la cabeza, la posición es algo estrecha, pero Aristóteles no piensa que incómoda, su amistad ha sido lo suficientemente larga como para ser ajenos al contacto, solo quiere que esté adecuadamente a su lado. Cuauhtémoc toma la oferta, apoyándose. "Si lo deseas, puedes acercarte a tu padre y decir todo lo que piensas, y puedes derribar a todas las personas que se atreven a interponerse en tu camino".

Aristóteles se muerde la lengua, lo último no es del todo cierto, lo sabe, y se odia a sí mismo cuando piensa lo que dijo, el conflicto es diferente y ambos son personas con objetivos y vidas variadas. Cuauhtémoc luchó por ser él mismo y sus preferencias, y Aristóteles por ser lejanamente independiente y ser el orgullo de su familia.

Cuauhtémoc zumba en el brazo de Aristóteles, considerando, luego se da vuelta hasta que se enfrentan. "¿Es eso lo que piensas?", pregunta, y Aristóteles baja la mirada.

El camino es estrecho y difícil cuando eres alguien que va contra las leyes sociales establecidas.

"Lo siento", murmura Aristóteles. "sé que no debería comparar, yo solo quisiera tener la valentía con la que enfrentas las cosas...".

La belleza está en el ojo del espectador; [ Aristemo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora