Introducción

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“Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor.”

Recuerdo ver a mi nieto deambulando por toda la casa, se notaba nervioso y eso me llamo la atención pues el nunca lo demuestra. Jugaba con sus dedos, subía y bajaba las escaleras de la casa todo el tiempo y hablaba solo.

Un día, cuando sus padres se encontraban fuera de la casa, lo llame y le pedí que se siente a mi lado para hablar.

-Ethan!, ¿puedes venir un momento?

El no respondió, pero a los pocos momentos vino hacia donde estaba.

-Estuve observándote mucho en este último mes y creo pensar que estas un poco inquieto, me gustaría saber el porque…

El joven de cabellos rizados, ojos esmeraldas, tés pálida y de altura promedio, respondió – tengo un secreto, pero nose si decirlo aun.

El anciano lo observaba con mucha atención y trato de presionarlo para que le cuente que era lo que le pasaba a su nieto de tan solo 16 años.

-Bueno, te diré…-dijo Ethan vacilando- Pero prométeme que no hablaras con mis padres al respecto.

-Lo prometo- dijo el hombre mayor

-En el colegio hay un chico… últimamente se acerco mas a mi y en menos de una semana se transformo en un “amigo” pero hay algo mas… cre… creo que me agrada, me llama la atención.. me… me gusta.

Su abuelo lo observo durante largo rato mientras que el adolescente observaba la alfombra que se hallaba debajo de sus pies.

-Ven, acompáñame- dijo el mayor.

El muchacho no comprendió lo que le indicaba el abuelo pero el lo siguió.

Subieron por la escalera hasta llegar al segundo piso de la casa. Caminaron por el pequeño pasillo, el piso contenía una alfombra bordo a lo largo de este y las paredes eran de un color pastel. De un lado se encontraba una puerta blanca y enfrentada a esta, se encontraba otra. Al final del pasillo también había una puerta del mismo color que las anteriores. En el techo, que no se ubicaba a más de 2 metros y medios de altura, había una pequeña puertita que se camuflaba con el techo y de esta colgaba un hilo grueso. Las dos persona jalaron de este y el pórtico se abrió, dando paso a una escalerita por la cual subieron. Al entrar al ático, el abuelo del  chico, tomo una caja y la abrió. Mucho polvo salió de esta.

Ethan miraba asombrado y confuso.

-Quiero que leas esto.-Dijo el seños mayor a su nieto, sacando de la caja con tierra un pequeño cuaderno marrón el cual a pesar de la suciedad, estaba bien cuidado.

El adolescente no dijo nada, agarro el libro y bajo a su habitación.

La situación había sido bastante incomoda, le había confesado a alguien de su familia, quien era en realidad.

El reloj marcaban las 9 de la noche, en Londres, la temperatura era muy baja y la nieve caía sin piedad sobre las calles iluminadas de la ciudad. El chico se encontraba mirando por la ventana, no se había olvidado de la agenda que le había dado su abuelo, la curiosidad lo invadía, quería saber que era lo que escondía así que lo tomo, se sentó en su cama y lo abrió.  

En la primera página había corazones, en la segunda, una frase la cual decía:

“Harry, agradezco a todos los astros, dioses, a la vida, por haberte puesto en mi vida. Te amo y espero que podamos seguir escuchando nuestra canción por muchos años más. Tuyo eternamente Louis”

-¿Louis?- dijo en un susurro-¿Mi abuelo?

Siguió hacia la siguiente hoja y prácticamente se adentro en la historia…

Harry's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora