Capitulo IV

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5/12/1960

Querido diario: hoy me levante con un insoportable dolor de cabeza, mi madre me tomo la fiebre y me recomendó quedarme en mi cuarto. Los últimos días me había sentido bien pero desde el día en que vino a mi hogar, no lo había vuelto a ver. Todo los días pensaba en sus ojos, en su adorable sonrisa y es que si no lo veía dentro de poco, perdería la cabeza.

Louis:

Tenía miedo, no sabía que pasaba en mi interior, mis sentimientos se confundían y es que me agradaba mucho Harry, no quería perderlo pero tampoco quería enamorarme de el … aunque ya lo este haciendo.

No eh sabido nada mas de el desde hace una semana y en mi cabeza circulaba su rostro, sus hoyuelos que se formaban cuando sonreía, sus ojos, su todo. Necesito verlo.

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La tarde era muy fría, la nieve invadía las veredas y los arboles estaban bañado en una fina capa blanca. Louis salió de su pequeño hogar en busca del pequeño Harry.

El frio era imposible de resistir pero el menor hizo lo posible para llegar hasta la casa del mayor. Las calles estaban vacías y fue en ese momento en el que el se pregunto porque no había traído su auto.

Tan solo diez minutos habían pasado y Louis estaba allí, el golpeo y en menos de unos segundos, una cara pálida y con ojeras abrió la puerta. Al principio le costo reconocer a Harry, el no lucia como hace una semana, estaba mal.

-Harry…

-Louis, que sorpresa verte por aquí. Ven pasa que afuera hace mucho frio.

-¿Qué te paso? –Pregunto el menor con cara de confusión.

-Nada grave, el clima me afecto y me estuve sintiendo mal pero en fin. ¿Cómo has estado?

La cara de Louis aun mostraba algo de preocupación pero decidió salir de sus pensamientos y entrar en la casa de Harry.

Harry:

Mi corazón comenzó a latir muy fuerte cuando lo vi detrás de esa puerta, mi dolor desapareció y pude ofrecerle una gran sonrisa.

Louis se veía preocupado, su cara demostraba algo extraño hacia mí, como si no supiera quién soy.

Después de un rato en el cual nos la pasamos hablando de nuestras vidas, decidí hacerle una pregunta la cual tendría que haberse la preguntado hace mucho.

-Louis, ¿Cuántos años tienes?

El me vio a los ojos y sonrió

-21 años – respondió. –Y creo que tu no tienes mi edad, ¿cierto?

Sonreí ante su indirecta. –No, tengo 18 años.

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Louis:

Pensar que era mas pequeño que yo, aunque fuera por dos años, me hacia querer protegerlo y abrazarlo para siempre. Me sentía bien con el, sentía que lo protegía, sentía que me protegía, sentía… no lo se.

El silencio nos invadió como tantas otras veces y nuestras miradas se cruzaron, nos quedamos mirándonos a los ojos como si una soga nos sostuviera, una soga invisible pero fuerte. Luego baje mi vista hacia sus labios, estos habían tomado un color rosa al igual que su piel. Ya no se veía mal, se veía hermoso.

La fría noche había caído en la ciudad, las nubes inundaban el hermoso cielo y la Luna estaba fija.

-Debo irme, ya es tarde-Dije mientras observaba por la gran ventana que daba a la calle.-Adoro los tiempos que pasamos juntos-Le admití.

Se sonrojo.

-Y…yo también.-Tartamudeo.

-Prometo mañana volver si quieres o podrías venir a conocer mi hogar.

-¡Claro que si!-Exclamo dando un salto sobre el sillón.

Me abrazo. Sus brazos eran flacos pero protectores y yo hice lo mismo, no quería que esto terminara, no quería irme, quería abrazarlo para siempre.

Harry's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora