Dear Amapola.

Reir...

Como amaba reír, como me hacías reír, hacías que me doliera la panza de tanta risa, las mejillas me terminaban doliendo y poniéndose rojizas, me decías lo hermosa que me veía aunque para mi siempre seré un desastre.

Te encantaba verme reír, hacías de todo para verme feliz, hacías caras graciosas, para mis ojos eras el más listo pero te portabas como un bobo, incluso cuando no querías ser gracioso lo eras.

Ya no rio como antes, nadie sabe hacerme reír como tú, nadie entiende mi humor, nadie sabe nuestros chistes locales.

¿Recuerdas cuando cantabas la canción que todo el mundo amaba y nosotros nos burlábamos sin más? Cantabas con cero afinación pero con mucho corazón, un gran actor, una gran interpretación, me hacías reír tanto, me gustaba verte cambiar cada palabra de la canción, te esforzabas tanto para hacerme reír y no lo entendía pues para mi tú siempre serás el más divertido.

Nuestras risas eran eternas, las más escandalosas y más sinceras.

Ojalá pudiera volver a reír así, ojalá pudieras venir y sacarme una sonrisa como solo tu sabes hacerlo, ojalá no hubiéramos parado de reír, ojalá nuestras risas no se hubieran convertido en lágrimas y llantos, ojalá podamos volver a reír.