Dear Amapola.

Al beso que nos debemos.

Ayer te vi.
Tu ego es demasiado para decirte que te veías guapísimo, tienes la típica facha de niño malo, pero en el fondo eres lo mas dulce de este mundo.

Tenias una barrera entre nosotros, de vez en cuando te atrevías a atravesarla cuando te pedía que me abrazaras, recargabas tu cara en mi cuello, tu corazón latía tan rápido que no pude evitar burlarme de ello. Como decirte que el mío a pesar de estar calmado, quería salir corriendo.

Nuestras risas se escuchaban por las frías y oscuras calles del centro, teníamos frío pero al juntar nuestras manos el frío desaparecía.

Cuando te veía quería gritar lo mucho que te quiero, lo mucho que me importas, no quería separarme ni un minuto de ti, te tenía ahí para mi y no quería que te fueras, no quiero que subas a ese avión y te marches de mi lado por 6 largos meses.

Me respirabas, sentía como querías impregnar mi olor en tu mente, tomabas fuertes bocanas de aire de mi cuello, mi cabello, mis manos... me producías un pequeño escalofrío con cada respiración tan cerca de mi piel.

Tienes la mirada más perfecta de todas, tus pestañas son rizadas y largas, tus ojos cafés oscuros tan profundos llenos de misterio...como me encanta que me veas con aquella mirada que me vuelve loca.

Yo conté 36, tú me dijiste que fueron 33... lunares de cara y cuello, ya tengo mis favoritos aquellos tres arriba de tu ceja, alineados y disimulados, me gustan mucho tus lunares, me perdería en ellos por años.

Mis labios buscaban tu boca y se que los tuyos también, pero nunca paso. No me besaste y no te bese. Que cobardes.

Ahora se que te importo, se que me extrañarás y que me quieres con locura, también confirme que estoy loca por ti, me pedías que fuera a visitarte antes de estos 6 meses, sin dudas lo haría.

Hasta nuestros silencios eran espectaculares, cuando nos mirábamos sin decir nada, sonriendo, lo decíamos todo.

Nunca olvidare la forma en que me mirabas mientras nos despedíamos, son de esas miradas que te penetran y desnudan el alma, no quería dejarte ir si me seguías mirando así; pero me atreví a correr sin mirar atrás.

Maldicion. Te quiero, te quiero tanto, me da miedo incluso que sepas lo mucho que te quiero a mi me da miedo quererte así.

¿Ahora como le hago para no extrañarte? ¿Cómo olvidó tu tacto? ¿Cómo olvidó tus sonrisas? ¿Cómo carajo desprendo tus miradas? ¿Cómo podré volver a respirar si no tú no estás?

Necesito que me abraces y que esta vez no me sueltes nunca. Regresaras en 6 meses, las personas cambian, pero estoy segura que mi amor por ti estará intacto esperando ese beso que nos debemos.