Capítulo 4: Addington Hills

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"Desde ese cruce de miradas comienza la cuenta regresiva de una bomba explosiva que se alimentará de su indeferencia, de su pasión y de su distancia."

Cantuta.

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Cuando ingresó a su enorme casa, una criada le dio la bienvenida, pero no quería más cuchicheos para hoy día. Así que como se sabía de memoria toda la distribución de la casa de de Tom, fue directo a su oficina. Benedict le pidió a la nueva criada que lo estaría esperando allí.

La puerta se encontraba semiabierta así que aprovechó para entrar como Pedro en su casa. Parecía que la falta de discreción le traería recuerdos a su buen amigo.

Tenía las manos sobre sus rodillas observando el ambiente. Su postura se encontraba erguida y sus ojos parecían brillar al ver toda la colección de Sherlock Holmes, con sus 4 libros organizados correlativamente de manera cronológica. Por ejemplo, desde "El estudio en escarlata" hasta "El valle del terror" que tenía en la esquina de sus anaqueles. Además, en la parte subsiguiente se encontraban los cinco relatos sobre este enigmático detective. Sonrió de medio lado, los dos últimos les había regalado él por su cumpleaños número veinticinco. Luego veía libros sobre Marx, el manifiesto comunista en su parte abreviada o el de Hegel como "La fenomenología del espíritu", también sobre Wittgenstein o Leibniz. Cuando vio en su escritorio veía dos obras: una medio abierta y la otra aún se encontraba sellada. Se trataban de "Un mundo feliz" de Aldous Huxley y la otra sobre "El Perfume" de Patrick Suskind.

Sus manos automáticamente ya se encontraban hojeando aquellas dos obras, cuando algunos pasos empezaron a oírse desde fuera. Entonces supo que se trataba de su amigo, aunque no se inmutó sabía que la pausa de aquellas pisadas le habían avisado que se encontraba sorprendido por su repentina y muy pronta visita.

"Vaya, no me imaginé que vendrías tan pronto".

Tom se acercó mientras que Benedict se levantaba de su asiento. Ambos hombres se dieron un fuerte abrazo y palmadas en la espalda.

"Sentía que si no lo hacía hoy, no lo haría nunca – Expresó Cumberbatch en un arrebato de sinceridad".

Tom se acercó a su escritorio, mientras que Ben se sentaba de nueva cuenta. Desabrochó un botón de su saco sintiéndose más cómodo y le arqueó una ceja.

"Pues, ahora es el momento ¿no? ¿Cómo has estado? ¿Quieres beber algo?"

Las preguntas iban tan rápidas que Ben notó la vehemencia de su amigo porque se la pasara más que bien. Entonces decidió negar con la cabeza sonriente.

"Un whisky, por favor y... sé que ha pasado tiempo, pero no me trates como si fuéramos dos extraños. Me hace sentir...raro".

"Es que, no sé cómo tratarte. La última vez que nos vimos no terminamos tan bien".

Te encontré✨- Benedict CumberbatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora