Perspectivas

Despues me acuerdo

Ha llovido y ha vuelto a salir el sol, el frío se fue pero todavía tengo los pies congelados. Inevitablemente me recuerda a vos, a tus extremidades frías que un día como hoy estarían preocupadas porque me sienta más tibia.
Tu amor me habría traído la bandeja con un té con leche y dos de azúcar, dos tostadas, pepas y una florecita amarilla al costado. Te habrías esforzado por hacerme abrir los ojos, te hubieras enredado mi pelo entre los dedos, me estarías besando del cuello a la frente, con suavidad. Te estarías preparando para mi silencio y mi cara de mal humor de 5 minutos, hasta que lograrías despertarme y recién ahí me dirías cómo de guion: "buen día mi sol, dormiste bien?". Entonces me hubiera dado cuenta que estaba en casa, estaríamos a gusto, como en película romántica. El amor habria durado un par de horas, con suerte un poco más.

Llegaría la tarde y estaría deseando que dejaras de hablar, tus extremidades frías empezarían a saberme a dolor. No, a esta hora ya no me digas mi amor porque no te corresponde. Basta. No me gusta que saques el saquito y después pongas la leche, ¿cuantas veces te lo dije ?
Mi pelo largo y oscuro ya había dejado de gustarte, mi piel morena y caliente te quema como volcán, mis besos te saben insípidos, detestables. Mi risa te suena a ruido molesto.
Nuestra historia a se habría ya convertido en calabaza.  Calabaza, carruaje Perfecto y después calabaza otra vez. Con suerte a la noche nuestros cuerpos se encuentran pero mis manos no te desean, a tu cuerpo no le alcanza el mío. Nos iríamos a dormir odiándonos (o sufriéndonos) y nos despertaríamos el día siguiente. Mientras abro los ojos escucharía de nuevo "buen día mi sol, dormiste bien?".

A veces es domingo, llueve y te extraño.
Después me acuerdo.