Hace tres días que llevo puesta tu remera, la remera que usaba para dormir en tu cama, la remera que me ponía porque tenía tu perfume, la misma que me sacabas de un solo tirón para poder besarme del cuello a los pies.
No se a que viene esta necesidad de necesitarte, porque no te necesito.
Supongo que es solo porque me doles un poco ahí en ese lugar en donde me falta un abrazo cálido, un nido, me doles ahí donde me falta familia.
Eras todo lo malo pero eras a la vez familia, un lugar a donde volver, eras refugio, una ducha caliente en invierno, eras un café en la cama.Eras un despertar con la cara llena de besos y una mochila llena de piedras en la espalda. Supongo que ni todo el calor del mundo vale a cambio de libertad.

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Perspectivas
PoesiaIntentando descifrar el amor. Desde el punto en el que el observador le mire.