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Era una fría noche en Hogwarts, las estrellas no eran visibles por tantas nubes, desafortunado, ya que se enviarían las cartas a los hijos de todos los magos

¿que era la Carta? Una invitación para estudiar magia en esa escuela, un pase directo a la escuela más anhelada de los magos.

A pesar de la espesa noche, nadie se preocupaba de que no recibieran una de estas, porque no sería un problema; las cartas pueden aparecer en donde imagines, del lugar más pequeño hasta el más elaborado...

El niño recordaba las palabras de su padre mientras miraba por la ventana, curiosamente la noche era igual que en la historia cosa que hizo que sus ojos brillaban con anhelo.

¿Que dirá de mi el sombrero seleccionador? ¿A que casa pertenecería? Eran unas de las muchas preguntas que el niño se hacia, por mera intuición se imaginaba que estaría con las personas de mejor corazón, en Gryffindor, claro que solo eran esperanzas de un pequeño, porque ni el se esperaba lo que ocurriría.

- ¿que son estas horas para dormir- su jefe le había gritado cuando vio al muchacho durmiendo en el almacén - levántate hay clientes fuera- a duras penas tuvo que hacer caso y quitar toda la pereza que se aferraba a el, acomodo su cabello bajo la gorra disimulando lo despeinado que estaba.

No tardo tanto para darse cuenta que en una hora se cerraría el local y como de costumbre el sería el último. Cuando vio las mesas, no vio a tantas personas como esperaba, al contrario había solo tres mesas ocupadas y uno que otro que pedía para llevar, seguramente los que quedan no estarán para comer, si no para beber.

Resoplo antes de ir a la barra y tomar las últimas órdenes del día, a pesar de su corta edad podía trabajar, gracias a la ayuda de su amigo, claro que no fue legal pero necesitaba tanto el trabajo que no tuvo de otra, además de tener un don en hacer cócteles y bebidas alcohólicas, sin el, el restaurante podría no ser el mismo.
Había clientes que incluso contaban su vida al muchacho, era atento en eso, escuchar.

La magia en el mundo rodeado de muggles pueden hacer maravillas, y el sabía cómo mantener ocultos ese tipo de infracciones, recibir la ayuda de ambas partes trae muchos beneficios.

Cuando todo el mundo se fue, solo quedaba cerrar las persianas y salir de la plaza. El estacionamiento estaba frio, había niebla que le daba un toque siniestro, en paso rápido fue a su moto sin prestar atencion a lo demás, es verdad que parecía no importarle pero no se sentía seguro ahí, quería salir lo antes posible, su plan se detuvo cuando una voz en eco dijo su nombre, también se dio cuenta que su moto no estaba en el mismo lugar donde la había aparcado

-min yoongi- se volteo y vio lo peor que pudo imaginar- ¿siempre sales a esta hora?- dijo en un tono cansado, como si fuera más cansado esperar que el trabajar

-¿que le hiciste a mi moto?- su preciada moto estaba sucia y dañada, estaba conteniendo la respiración para no gritar cosas que no quería, verla en ese Estado podía con el.

-ni siquiera preguntas por mi, y yo tan amable trayendo comida, típico de un Slytherin- suspiro desalentado.

Pensándolo dos veces, recordó eso, el era un mago de Slytherin y su mejor amigo de hufflepuff, una combinación un tanto rara, era aún más raro que lo prefiriera a el antes que a todas las personas de su misma casa, consideraba a todos ambiciosos y egocéntricos, y se odiaba a si mismo por no ser tan distinto.

Ignoro a su amigo y camino a la salida. En cierto modo extrañaba su escoba, el sentir miedo de caer pero ilusión en ir más alto, con el aire frío y tus pies libres, con el terror de mirar abajo y sentir un hueco en el estómago.

-lo estas haciendo otra vez- dijo namjoon firme

-¿hago que?-

-pensar demás, no me gusta que lo hagas, te vez desanimado... Lo que le pasó a tu moto, lo puedo arreglar, la dejaré mejor, lo prometo- hubo un corto silencio que no era incómodo, tomando en cuenta la consideración de su amigo trataría de no pensar, era su costumbre; después de un duro día su mente se dedicaba en pensar una y otra vez en todo aquello para bajar su autoestima y moral, su mayor perdición era su propia mente.

-más te vale que la dejes mejor- los hoyuelos del hufflepuff acompañaron su sonrisa, a su vez buscó algo en su propio pantalón, sacando por fin su varita u un papel doblado de tono verde.

En un movimiento y palabras casi inaudibles, dijo un hechizo, poco a poco la hoja tomó una forma cuadrada hasta ser una bolsa de regalo, con decorado un tanto tosco hechas a mano. -pensaba darte esto después ya que estamos cerca de volver a Hogwarts, pero viendo el día, creo que mejor ahora-

*Leleasdf_

Yo aquí toda getona escribiendo,  empezamos bien(?

bts HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora