○La Mañana Siguiente○

578 45 13
                                    

Eran alrededor de las 9:35 am, los rayos de la luz solar atravesaban despiadadamente los frágiles vidrios de la ventana del cuarto en donde los niños habían pasado la noche. El frío que se había apoderado ya no estaba, había dado paso a un clima más relajado.

Como si se tratara de una broma pesada, los intensos rayos sólo apuntaban a un lugar, una zona en específico -esa en donde cualquier persona es bañada en ira cuando es invadida de cualquier manera- de la cara del niño con cabellera de color índigo. Provocando que en distintos, variados y hasta desesperados intentos por cubrir su cara de la luz natural, perdiera el sueño que tanto había conservado.

Al principio, no notaba la ausencia del rubio, sus sentidos no estaban más despiertos que él,  pero poco a poco a medida que fue despertando, lento y sin prisa, notó que ya no tenía tan limitado espacio como hace unas cuantas horas.

Su vista era borrosa, pero alcanzaba a ver y distinguir levemente las cosas; su olfato funcionaba a medias, producto de la combinación de agua y frío que estuvo en su cuerpo durante mucho tiempo; sus oídos, también se encontraban en perfecto estado -eso era un calmante, pues sabía que no estaría enfermo, o quizás no tanto-; no supo si su gusto se encontraba bien, no había en qué probarlo, y usar su piel como prueba no era opción; por último, su tacto fue lo que le permitió saber que estaba solo en la cama, rápidamente supo que estaba bien.

No entendía qué ocurría, no sabía dónde estaba Mirio y quería saberlo, exigía respuestas, no puede ser que todo lo que ocurrió en la noche hubiera sido un sueño y ahora se encontrara en su nuevo hogar junto a sus padres, que en ningún momento se hubiera perdido y que, por lo tanto, en ningún momento hubiera hecho un nuevo amigo.

Entró en pánico al sentir que su sospechas eran ciertas, había sentido como su corazón se detuvo, haciendo de ese momento mucho más lento de lo que realmente era; como un escalofrío recorría su espalda, recordando que había estado solo y que nunca había tenido alguna clase de amistad con alguien ni siquiera con una mascota, les temía a la gran mayoría por ser agresivos; y peor aún, se sentía solo, abandonado, traicionado por él mismo, habiendo imaginado que otra persona se pudo haber preocupado por él.

Así se hundió en unos segundos llenos de ansiedad y angustia que -carcomían y luchaban entre ellas para ver quien podía afectar más al infante-, no duraron por mucho por suerte, pero que a su visión eran largos y muchos minutos que habían transcurrido.

Cuando ya sus sentidos estaban completamente despiertos pudo relajarse, pues no había mayor muestra de que no había sido un sueño, que el mismo hecho de que la ropa que estaba usando no era la suya.

Se sintió tonto mientras pasaba el mal trago que se había creado así mismo, un falso momento de desesperación que no fue nada más que una mentira, y agradecía que no fuera así.

Pero ¿Dónde está Mirio?.

Elevó medio cuerpo para quedar sentado sobre sus glúteos, se tomó su tiempo para observar con detalle la habitación, trabajo que no se había permitido en la noche debido a la casi inexistente iluminación que había para esas horas de la noche.

Al estar sentado, meditó sobre dónde podría estar el ahora perdido niño sol, decidió salir de la cama e ir a buscarlo a la cocina, pasaría por la sala y por el pasillo, de modo que si estaba en alguno de esos sitios él lo vería muy fácil y rápido.

Procedió a tomar la sábana blanca con la que había pasado la noche arropado y quitarla de encima para tener libre sus piernas. Al haberse quitado la sábana de encima logró visualizar la ropa con la que había dormido su amigo la noche anterior.

¿Eso es posible? ¿Dormir con alguien y al día siguiente no encontrar rastros del cuerpo de él o ella sino únicamente su ropa? Pues tal parece que si, un caso de combustión espontánea donde la ropa fue lo único que quedó de la persona, o quizás de alguien tan olvidadizo que dejó su ropa en la cama luego de haberse cambiado.

Mi SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora