Al día siguiente
Narra ailen
Desperté por el sonido de los pájaros en el bosque y le rio corriendo, abrí mis ojos y al acostumbrarme a la luz del sol me gire y vi el rostro dormido de Steve, sonreí y me gire con cuidado para quedar frente a él, admire cada facción de su rostro desde los cabellos rubios que caían en su rostro hasta sus labios rosados.
Recordé lo que pasó la noche anterior y me siento feliz, su respiración contra mi cuello, las sensaciones y sus labios en mi piel. Se removió y abrió sus ojos poco a poco y sonrió.
-Buenos días, linda-su voz era ronca y sonaba completamente atractivo.
-Buenos días, cariño-bese su nariz, bajo sus manos a mi espalda y me acerco más a él sintiendo mi piel desnuda en contacto de la suya.
-Quedémonos un rato así-dijo cerrando sus ojos, sonreí y se acurruco en mi pecho quedando su cabeza a la altura de mi cara, pase mis brazos sobre su cabeza y acaricie su pelo rubio, mirando cada hebra de cabello.
Pasaron unos minutos y decidí que era momento de bajar a hacer el desayuno.
-Steve...-dije de forma dulce y el respondió con un quejido bajo- Bajare a hacer el desayuno-el negó y se acurruco más.
Suspire y bese su cabeza.
-Está bien, te ayudare-dijo alzando la cabeza y besando mis labios, deshizo su agarre de mi cintura y me incorpore sujetando la sabana, mire al piso y nuestra ropa estaba tirada. Tape mi rostro por la vergüenza.
Él se levantó y se sentó en la cama y peino su cabello, me miro y sonrió con timidez. Se acercó y beso mi hombro, retiro mi cabello haciéndolo a un lado y comenzó a trazar un camino de mi hombro a mi cuello y barbilla.
-Te importa si tomo tu ropa-lo mire y negó, me levante y tome mi ropa interior y me la coloque, después su camisa de dormir y sujete mi cabello en una coleta. Me gire y me miraba de arriaba a bajo.
Definitivamente después de esta noche no dejaremos de ser tan hormonales.
Le lance un beso y baje las escaleras, busque los paquetes de huevo, leche y harina para pancakes que compramos ayer. Saque unas tazas y prepare café.
Narra Steve
Estaba vistiéndome con una musculosa blanca y los pantalones de dormir de ayer mientras escuchaba a ailen cantando y cocinando. Sonreí ante el recuerdo de lo que pasó anoche y es que después de esto siento la necesidad de repetirlo.
Vamos Rogers, calma tus hormonas.
Baje las escaleras y el olor a comida inundo mis fosas nasales, me acerque a la cocina y ailen usaba el cucharon para cantar una canción de Queen.
Se veía adorable cocinando.
-¿En qué te ayudo?-ella dirigió su atención a mí y sonrió.
-¿Podrías ayudarme a cortar las fresas?-señalo el pequeño cesto que compramos ayer, asentí y comencé la misión. Cuando termine me pidió unos platos para servir el desayuno.
Lleve los platos a la mesa y ella venía con dos tazas humeantes de café, las puso en la mesa y después fue corriendo de nuevo a la cocina y llego con un tarro en forma de oso que tenía miel.
-Gracias por el desayuno-ella asintió llevando una fresa a su boca.
Nos reíamos y platicábamos sobre cosas fuera de lugar, ella colocaba miel a sus pancakes y tomaba café.
-Admito que me siento algo adolorida-dijo de repente-Creo que por ser la primera vez se siente así-me miro.
-¿Te duele mucho?-ella negó ante mi pregunta. Estiro su mano para tomar la mía.
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A Legend Between Two Worlds || Steve Rogers y Tu [EN EDICION]
FanfictionCuando uno es niño es común pedir que se nos cuente una historia fantástica donde un héroe siempre llega a salvar el día o a una civilización entera. Crecí escuchando una historia fantástica entre reinos de un lugar llamado Monte Zafiro una gran pla...