Irresistible

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Capítulo 3 Irresistible.

La vergüenza, el deshonor... En realidad no había sido para tanto. Mi instinto me había obligado a realizar un acto que en mi vida habría imaginado. Mi primera experiencia sexual, quería culparle pero en realidad le había impedido apartarse de mi lado y por supuesto que el fuego de mi entrepierna me había dado la satisfacción más gratificante que alguna vez experimenté. Podría decir que quería matarlo por hacerme esas cosas pero no era así, sólo por el hecho de que lo necesitaba urgentemente y estaba calmado ahora que todo había pasado. Fue extraño todo lo acontecido, mi celo no había sido el mismo, puesto que yo tenía el control normalmente, no obstante en este mundo, todo era distinto, la magia corría como un compás extraño que no encontraba armonía en mi ser como todas las veces. La trasformación se había salido a mi control con el deseo sexual que mi sensei Morinaga idiota, había saciado con esa mirada que me incomodaba.

Levantarse hasta el sanitario no me costó, estaba más que relajado, todo mi cuerpo transpiraba ese aroma de descanso que me hizo sentir extrañamente "feliz" si es que se podía usar esa palabra.

Necesitaba una urgente ducha, eso hasta que me topé con su mirar desde la cocina y sentí escurrir su esperma entre mis piernas. Justo ahí recordé lo que era el infierno. ¡Un gusano inconsciente que me había dejado marcado!

Pero luego de gritar improperios me hizo recordar que había mordido su cuello. En breves instantes lo que significaba vino a mi cabeza, el ritual de apareamiento, ese que los demás querían tanto con la familia Tatsumi, el cual se llevaba a cabo mordiendo la glándula de aroma en el otro y pasando la capacidad de controlar a voluntad el poder. Por supuesto que nuestros genes se multiplicaban al unirse a los de la pareja y la magia de inmediato crecía en el individuo que se volvía parte de la familia. Debía aparecer un tatuaje en el brazo, la marca de los Tatsumi que era inconfundible.

Sin embargo al abrir la puerta no había ninguna marca en Morinaga, el idiota sólo imaginaba cosas. Todo porque es un simple humano y no posee las características que los de nuestra especie de licántropos. Un problema menos que no tenía que solucionar, ¿qué rayos dirían mis padres si descubrieran que había marcado a un chico? Mucho más a uno que no tenía nada que ver con los linajes que tanto esperaban ver en la familia.

Lo examiné detenidamente, su cuerpo poseía mi aroma sin duda, yo lo había marcado y por supuesto que el imbécil me había marcado con su débil aroma que poco importaba. Además en su cuello las cicatrices de mis dientes que habían perforado su carne.

Me arrepentía de las ímpetus que poseía mi cuerpo en ese trance tan intenso. Lo peor de todo era que las noches de luna llena se extendían una semana completa, ¿sería posible que todos los días me pusiera tan intenso al respecto?

El tarado no entendía nada de lo que sabía sobre linajes y cosas de ese estilo, mejor era no decirle o podría hacer esa mirada extraña preguntando cosas que no le correspondían, ya que mi cuerpo no pertenecía a nadie, no tenía el derecho a hacerme permanecer con él. Recordé a mis padres que hablaban de una pareja y los deseos de "estar siempre juntos". Si Morinaga no tenía nada extraño entonces no había un compromiso que perseguir, sólo seguiríamos estudiando, sería libre un día para seguir un camino sin que nadie pudiera decirme lo qué hacer.

Miré al tipo en la mesa, mis ojos y los sentidos extra que poseía, estaban tan activos por las fases de la luna, aun siendo de día podía percibir la magia que me rodeaba de forma penetrante y era falible hacerme un lobo a voluntad si lo deseaba. Buscaba en él los rastros de esa magia tan familiar como en la manada y de pronto una sonrisa suya que me hizo sentir un cambio en mis latidos y traté de ocultar mi turbación como si él pudiera leerme, cosa absurda que no era de ninguna forma posible.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2018 ⏰

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