Capítulo 4

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El resto de la semana transcurrió sin ningún incidente. Harry le dedicaba alguna sonrisa en el autobús o cuando se cruzaban por los pasillos del instituto, pero no volvieron a intercambiar palabra. Cuando el timbre de fin de las clases sonó el viernes, la gente estaba mucho más contenta y en seguida planes como ir al centro comercial o a la cafetería volaban por todos lados. 

Amy no tenía ningún plan ese fin de semana, al igual que los demás fines de semana. Se dedicaría a estudiar, leer y hacer deporte. Decidió que esa tarde iría a Dolce Vita a pasar apuntes a limpio, pues ese café era bastante tranquilo y disponía de conexión a internet.

-Hola Charlie, ¿me pones un capuccino? - Charlie le sonrió a Amy en señal de afirmación. Amy cogió una mesa al lado de una gran ventana y sacó su portátil. Charlie le trajo un capuccino cargado de nata y cacao por encima. 

-Siempre tan estudiosa, ¿nunca te cansas?- Le preguntó Charlie.

-No, me lo tomo con tranquilidad y así no me agobio.

Charlie era lo más parecido a un amigo que Amy tenía. Se conocían desde hace unos 4 años cuando abrieron la cafetería y el chico entró a trabajar. Como era él el que siempre la atendía, establecieron cierta amistad. Charlie era un par de años mayor que Amy. Tenía los ojos color miel y el pelo castaño claro, era alto, delgado y hacía atletismo en el instituto. Estaba en su último año de instituto y el siguiente año se iría a la universidad gracias a una beca de deporte. 

Charlie volvió a su puesto de trabajo y Amy se quedó con su portátil y sus apuntes. La demás gente que había allí estaba también o estudiando o simplemente charlando con amigos. 

-No sé por qué no me extraña que estés aquí.

NO PUEDE SER, ¿ÉL OTRA VEZ?

Harry le sonreía de pie mientras ella lo miraba perpleja con su taza de café entre las manos. El chico se sentó enfrente de ella y observó todos los papeles que había en la mesa.

-Es viernes, deberías estar por ahí y no aquí aburrida.

-¿Qué haces aquí?- Amy observó que Harry llevaba también una mochila. ¿Acaso iba a estudiar, él, uno de los chicos más populares un viernes por la tarde?

-Quería un lugar para estar tranquilo así que vine aquí. Yo también estudio, ¿sabes?- Le contestó Harry mientras dejaba la mochila en el suelo. 

-Pe-pero... seguro que tienes mejores planes que estar estudiando un viernes.

-Y tú también. Además, no voy a estudiar en si...- Sacó de la mochila un cuaderno y lo abrió. Por la forma en la que estaba escrito, parecía poesía, aunque había anotaciones por encima de los versos.

-¿Escribes poesía?- Preguntó Amy.

-Compongo música. Toco la guitarra y me gusta tocar mis propias composiciones.- Amy nunca se habría imaginado que un chico como él tuviera ese tipo de hobby. -Sé qué me vas a decir...¿Alguien como yo, componiendo música?

-N-no... me parece genial. Quiero decir... - Amy se ponía nerviosa ante la presencia del chico, el cual le dirigió una sonrisa.

-Tranquila, era broma. ¿Te importa que me quede aquí? 

Y así pasaron la tarde, Amy con sus apuntes y Harry con su cuaderno anotando y tachando cosas sin cesar. Amy trataba de concentrarse en lo suyo lo máximo posible, pero las manos con tatuajes de Harry la distraían observando cómo el chico anotaba y tachaba. Sin darse ninguno de los dos cuenta, el reloj dio las 8.

-Vaya, ¿ya son las 8? Se me ha pasado el tiempo volando. Tengo que irme, si llego tarde mis amigos me matan. - Harry recogió sus cosas y miró a Amy. -¿Mañana vuelves?

-Pues... no había pensado nada, pero sí, supongo que sí. 

-Entonces nos vemos mañana.

Esa noche, Amy anotó en su cuaderno "Harry Styles ha pasado la tarde conmigo."

School issues | Harry StylesWhere stories live. Discover now