Escritos

Realidad

El mundo mágico nos muestra una visión muy distorsionada de la realidad. Estamos tan adoctrinados y tan condicionados a la fantasía de un amor perfecto, sin mentiras, sin engaños, sin infidelidad. Que cuando nos topamos con la afirmación de lo innegable, nos chocamos contra ello, y comenzamos a experimentar lo que es una decepción. Esta sensación provoca un sin número de sentimientos y emociones, tales como; frustración, ira, coraje y tristeza.

Es increíble como una experiencia puede cambiar por completo a un ser humano. Como una decepción puede calarnos tan profundo, tanto en el corazón, como en la razón. Pero es que, cuando decidimos darlo todo por una persona, siempre esperamos que la retribución sea recíproca. Sin embargo, la vida real nos ha enseñado que esto en la mayoría de los casos no es así.

No podemos pretender pensar que cada uno de los semejantes que conozcamos a lo largo de nuestra vida, nos va a tratar o nos va a retribuir de la misma manera el trato que nosotros le ofrecemos.

Hay individuos que simplemente llegan a nuestra existencia con una finalidad. En la mayoría de los casos, ese propósito viene junto con un tiempo limitado y cuando este es cumplido, la persona ya no es requerida en nuestra vida. Así que, de alguna manera u otra se va.

Puede que a ese ser le hayamos entregado toda la confianza, afecto, cariño, amor. Quizás lo diste todo de ti para retener a esa persona contigo, porque sentías que debía estar en tu vida. Es posible que se te hayan presentado mil y una razones para aceptar la partida de ese ser. Sin embargo, en tu terquedad, en tus sentimientos, en tu mente y en tu corazón esa persona debía permanecer.

Es aquí cuando la vida nos muestra que es más fuerte que nosostros y que si algo está destinado a ser, pasará a pesar de que hayamos puesto el corazón para que ocurriese lo contrario.

No debemos forzar las cosas y mucho menos tratar de cambiar la naturaleza de ellas. Nada es eterno en esta vida, toda persona tiene su tiempo contado en nuestra existencia. Unos más que otros, pero al final todo caduca, todo tiene su término.

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''Te llevo en mi corazón, porque en mi vida no puedo tenerte''.

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Rossie