𝐓𝐢𝐥𝐥 𝐰𝐞 𝐝𝐢𝐞 | 𝐆𝐈𝐋𝐁𝐄𝐑𝐓 𝐁𝐋𝐘𝐓𝐇𝐄 [ 𝐶𝐴𝑁𝐶𝐸𝐿𝐴𝐷𝐴 ]

𝟐.𝓐𝓻𝓮 𝔂𝓸𝓾 𝓪𝓵𝓻𝓲𝓰𝓱𝓽 𝓶𝓲𝓼𝓼?

Alice

Me estaba cambiándose para la cena cuando mi madre me llama furiosa.

—¡Alice! ¡Ven acá ahora! Tenemos que hablar muy seriamente—Alice bajo muy asustada—.

—¿Si madre?—pregunté asustada.

—La mucama me dijo que te escapaste y la sobornaste para que no dijera nada.

—Bueno...

—¡Bueno nada! ¿Si o no?

—Si.—dije con la cabeza baja.

—¡No lo puedo creer Alice! Pensé que eras diferente—le dijo molesto su padre—.

—Lo siento padre, solo quería ex...—traté de explicarle, pero me interrumpió.

—Eres una insolente.

—-No volverá a pasa...

—¡Ya no se puede confiar en ti!

—¡Esta bien!—dijo gritando.—Ya entendí que estuvo mal lo que hice.

Me fui llorando de su casa debido a que tenía vergüenza y rabia. Como odio a mis padres.
Corrí lo más rápido que podía hasta llegar al bosque, pero me tropecé con una raíz salida de un gran árbol.

Solo me senté llorar. Luego vi mi vestido todo sucio y me puse a llorar más todavía porque cuando volviera me iban a seguir regañando.

Lo único que me ayudaba en estas situaciones era cantar una canción que inventé cuando era pequeña. La titulé "here comes the sun"

Terminé llorando porque sabía que nada se iba a solucionar cantando, al menos no todo, solo iba a solucionar mi ánimo. Amaba esa canción, la escribí a los 7 años cuando estaba triste. Más exactamente cuando mi hermano mayor murió. Estaba devastada y recordé ese momento.

Solo quería llorar y no estar en casa.
Cuando de repente alguien sale de atrás de un árbol. No veía nada gracias a que tenía los ojos hinchados por llorar tanto. Pero reconocí su voz, era Gilbert Blythe.

—¿Está bien señorita?—preguntó no sabiendo quién era, hasta que me di vuelta.—¿Alice? ¿Qué pasó?

—¿Gilbert? ¿Qué haces aquí? Pensé que estaba sola...

—Lo siento Alice, no quería interrumpir. Por cierto, cantas muy bonito.

—Gracias. Y no pasa nada, solo problemas en casa, más bien, yo soy el problema.

—No digas eso, te aseguro que todo se solucionará. Sea lo que sea.

—Eso espero,pero ahora no puedo volver a casa.

—¿Por qué?

—Simplemente no puedo,y no quiero. Pero esta bien, siempre estoy encerrada o trabajando. Creo que necesitaba esto, bueno no toda esta tristeza, pero si esta escapada.

—Si quieres puedes venir a mi casa, podemos cenar ahí. Ya se hace tarde—dijo mirando el cielo oscureciendo—.

—Bueno, la verdad tengo hambre.—admití.

—Entonces vamos.

En el trayecto a casa de Gilbert me contó que su padre había muerto y que vivía con Bash, Mary su esposa y su pequeña hija, Delphine.

—Lo siento, no sabia que no tenías papás. Debe ser duro—luego me di cuenta de lo que había dicho—¡Lo siento! Eso fue muy insensible de mi parte. No queri...—expliqué, pero Gilbert me interrumpió.

—Esta bien, al principio fue difícil, ahora estoy más acostumbrado.

—Yo también perdí a alguien de mi familia. Mi hermano mayor, por una rara enfermedad.

—Lo lamentó, no tenía idea.

—Está bien.

—Bueno, ya llegamos.—dijo mientras abría la puerta de una muy bonita casa.

Cuando entramos nos recibió una mujer con una gran sonrisa.

—Hola Gilbert. ¿Quién es tu amiga?

—Hola Mary, Ella es Alice Blue. Alice, esta es Mary. Se quedará a cenar, ¿esta bien?

—¡Perfecto! Hice harta comida y muy rica. ¿Le avisaste a tus padres Alice?

—La verdad no creo que les importe donde esté.

Se hizo un silencio incómodo.

—Pero está bien.—aclaré con una sonrisa.

Nos sentamos y apareció un señor alto y de color.

—Hola Bash.Vine con visitas.—explicó Gilbert.

—Así veo. Hola señorita, ¿como se llama?

—Alice Blue, un gusto.

—Un gusto igualmente. ¿Le puedo preguntar algo?

—Claro

—¿Es usted la modelo Alice Blue? Porque leí sobre una modelo llamada Alice Blue en el diario.

—Esa soy yo.—dije con una sonrisa incómoda.

—¡Wow! Gilbert no me dijiste que eras amigo de una modelo famosa.

—Es que no sabia que era mi amiga—dijo sonriéndome.

Cuando terminamos de comer me paré para irme.

—Bueno, creo que tengo que volver a casa. Muchas gracias por la cena Mary, estaba deliciosa.—le agradecí con una sonrisa a lo que ella me la devolvió.

—Te acompaño.

—No Gilbert, ya hiciste mucho en dejarme comer acá. Pero muchas gracias.

—Insisto. Ya es de noche. No deberías pasar por el bosque tu sola.

—Esta bien.

—Ya vuelvo Bash,Mary.

Cuando llegamos a mi casa le agradecí a Gilbert.

—Muchas gracias Gilbert—le dije y luego le di un beso en la mejilla—.

—Nos vemos Alice.—se despidió.

Cuando entré a casa, salí corriendo a mi habitación con cuidado de que nadie me viera para no tener que dar explicaciones. Cuando me cambie me quede profundamente dormida.

Hola! Ojalá les haya gustado este capituló.

¡Feliz 2019! 🎉🍾🎊