𝐓𝐢𝐥𝐥 𝐰𝐞 𝐝𝐢𝐞 | 𝐆𝐈𝐋𝐁𝐄𝐑𝐓 𝐁𝐋𝐘𝐓𝐇𝐄 [ 𝐶𝐴𝑁𝐶𝐸𝐿𝐴𝐷𝐴 ]

𝟑.𝓐𝓵𝓲𝓬𝓮 𝓹𝓵𝓮𝓪𝓼𝓮

Alice

Cuando desperté, no tenía ganas de bajar a recibir a mis padres.
Así que me duché, vestí, cepillé y arreglé para tomar calor y bajar.

Para ni sorpresa, cuando bajé no estaban mis padres, aunque era sábado. Así que hice una nota.

Madre,Padre.
Siento lo de ayer. Me fui a la casa de un amigo a pasar el día ya que no tengo trabajo.
Espero me perdonen por la escena que hice ayer, no me siento muy bien.
     
Un beso, Alice.

Luego hice una canasta con unas cuantas manzanas, una jarra con leche fría, mi libreta y unos lápices.

Cuando estaba por ir a casa de Gilbert, pensé,
¿Cómo podría ser tan descarada de llegar a su casa así como así? Mejor me voy al bosque.

Y así lo hice.
Cuando encontré un árbol que me gustaba,me senté bajo el y empecé a escribir poesía. Nunca había ido al colegio pero me educaban en casa, así que estaba bien educada.

Estaba casi durmiéndome cuando escuché unos pasos. Agarré un palo que vi en el suelo por si era un animal dispuesto a atacar, pues yo lo atacaría antes.

Me acerqué lentamente sin hacer sonar mis pasos cuando de repente vi una persona. Gilbert.
Decido no molestarlo y ver que hacía.
Al parecer tenía un cuaderno.
El empezó a escribir algo en él. Tenía cara de frustración. Cuando termino de escribir lo leyó y arranco la hoja diciendo que estaba mal.
Parecía escribir una carta.

Me estaba por ir de ahí para darle privacidad cuando escuché su voz decir algo.

—Alice, por favor ven a la escuela, tendrías muchos amigos y serias popular. Te necesito ahí. No hay una chica en la escuela que no sea falsa o que no esté enamorada de mi. A excepción de Anne, pero ella me odia así que no cuenta.

Luego la sacó y la arrugó. Lo había escuchado todo y en serio pensé en ir a platicar con mis padres cuando llegaran, el pobre se veía desesperado.

(...)

Cuando se hizo un poco más tarde, agarré mis cosas y salí corriendo, probablemente llamado la atención de Gilbert aunque traté de que no me viera.

(...)

Más tarde llegué a casa. Estaba todo en silencio hasta que fui a ver a la habitación de mis padres para ver si ya habían llegado. Eso fue un error.

Cuando estaba por entrar escuché gritos de pelea entre ellos dos. Puse un oído en la puerta para escuchar sobre qué peleaban.

—¡Todo esto es tu culpa Arthur! ¡La niña no es feliz por tu culpa!

—¡Ella si es feliz! Es rica, tiene fama, ¡le damos todo lo que quiere! ¿¡Cómo podría no ser feliz Sophie?!

—¿Acaso nunca la vez? Ah es verdad, ¡NUNCA LA VEZ PORQUE NUNCA ESTÁS!

En ese momento separe mi oído de la puerta y me fui a mi cuarto. No podía creer que mis padres estuvieran peleando. Y por mi.

Me quedé en mi cuarto leyendo hasta que me llamaron a la cena.
Bajé tranquila, tratando de ignorar la tensión en el aire que sufría esa familia.
Todo estaba en silencio hasta que me decidí a hablar.

—Padre, Madre. ¿Les puedo preguntar algo?

—Claro hija—respondió mi madre fingiendo una sonrisa—Lo que sea.

—¿Puedo ir a la escuela?—dije mientras mis padres me miraban con expresión exaltada—.

Todo se quedó en silencio unos momentos hasta que mi padre se decidió a hablar.
—Alice, tu estudias en casa. ¿Por qué querrías estudiar en una escuela pública llenos de clase media?