Historias de Navidad.
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04—a medianoche
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31 de diciembre de 2023.
Aincrad.—Ya deja de mandarme invitaciones para unirme a tu party, no pienso ser parte de la partida en contra de ese boss.
—¡Kirito! ¡Reacciona! Este no eres tú, no podemos prescindir de ti, viejo. Lo sabes.
—Me importa una mierda lo que creas correcto o no, Klein.
El samurai ya no supo que decir, se quedó consternado mirando a su joven amigo, quién mantenía la cabeza baja y apretaba con denuedo sus puños.
—¿Qué está ocurriendo aquí?
Al parecer la contienda atrajo la atención de la hermosa sublider, que evadiendo a los jugadores que se reunían en torno a ella, caminó hasta encontrarse con el par, que estaba lejos de la junta de planeamiento estratégico.
Miró a Klein con una ceja en alto —¿Qué ocurre? ¿Por qué tanto alboroto?
—K-Kirito no quiere ser parte de la expedición contra el jefe...
—Me largo de aquí— el espadachín giró sobre su eje dispuesto a marcharse cuando una mano se posó en su brazo, impidiéndoselo.
Miró los delgados dedos que sujetaban la manga de su largo abrigo negro, y de un tirón se zafó de ella.
—¿Qué ocurre contigo? ¿Qué no eras tú el que decía que debíamos pelear juntos para salir de aquí?
Kirito alzó la mirada encontrando esos ojos de miel —No quiero ser parte de esta expedición.
—¿Por qué? —volvió a mirar a Klein confundida —¿Qué ocurre?
—No es de tu incumbencia —dijo entre dientes y otra vez se giró para irse.
El pelirrojo no sabía que hacer, apretó los párpados y se mordió la lengua —Es una larga historia... —lo que ocurrió en Navidad era muy reciente. No sabía cómo decírselo a la joven sin traicionar la confianza de su amigo.
Asuna pareció comprender la lucha interna del samurai, le hizo un gesto de comprensión y se volvió a la figura que caminaba alejándose de ellos.
—¡Es una orden! —exclamó con voz a cuello, Kirito se dió la vuelta con incredulidad —Soy la líder de esta expedición y te... ¡te ordeno que permanezcas aquí y esperes órdenes!.
—No soy uno de los estúpidos miembros de tu guild —le recordó con veneno.
—Pero eres parte de la línea delantera —le rebatió duramente y se acercó hasta él —Y cuando aceptaste eso, también aceptaste mi liderazgo.
Kirito mantenía sus fríos ojos grises anclados en las húmedas pupilas de la subcomandante.
—Esta bien —dijo luego de una larguísima pausa rodeándola y volviendo hacia donde el resto de los jugadores estaba —Si muero allí me haces un favor.
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No podía evitar mirarla, sintiendo la ira que subía por su garganta como torrente de lava. La nieve se tragaba sus pasos, y la ventisca lo obligaba a caminar más despacio. El bosque cubierto de hielo, se alzaba en torno a la raid de modo amenazador. Lo único que iluminaba el sendero que escogieron, era la luna pálida que iluminaba débilmente al grupo. Kirito iba detrás cerrando la marcha.
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Historias de Navidad
Historia Corta#meriikurisaomasu2018 pequeñas historias KiriAsu en ambiente navideño.