2~ La Propuesta.

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Historias de Navidad

02—propuesta

Kazuto Kirigaya.

El espadachín negro. El mal apodado beater. El dual blade. El alabado héroe dorado. El libertador de Aincrad. Blackie-sensei. El misterioso poseedor de la Excalibur, entre otros títulos.

Y...

El novio de Asuna Yuuki.

Si le preguntan a Kazuto cual de todos sus títulos le gusta más, respondería sin dudar el que lo hacía dueño de la mujer más hermosa del mundo.

Posición privilegiada de la que disfruta enormemente. Cada vez que Asuna tomada de su mano, lo presenta a los ilustres miembros de su familia con aquel 'este es Kazuto Kirigaya, mi novio'  el nombrado siente una deliciosa oleada de satisfacción que le corre por la espalda, y lo obliga a henchirse de orgullo.

La forma en la que Asuna lo mira como si no hubiera, o no existiera nada más importante que él en el universo, lo derrite. Tan devota, tan abnegada a él...

No la merece.

Ha escuchado esa frase muchas veces, dichas a regañadientes en la escuela, o entre cuchicheos cuando, finalmente rompiendo el tabú de conocer a su familia, la acompaña a esas juntas patriarcales donde los abuelos de ella dirigen la mesa con mano de hierro. Y lo ha oído de labios de Kyouko incontables veces que, al menos, ya no le sorprende. La mujer a estas alturas ya se ha resignado. Pero sí, hay algo de cierto en esa frase. Kazuto lo sabe y es consciente: no la merece.

Pero alguien se encaprichó con él allá arriba, o quizás su destino estaba escrito en esas estrellas que un día lo llevaron a caer preso de esa jaula de muerte llamada Sword Art Online, y allí se diera el lujo de conocer a esa niña, ahora mujer que abarca su existencia entera.

Kazuto no le teme a nada. Es capaz de lanzarse de bruces contra todo desafío, pelear con villanos en cuanto juego le pongan enfrente, internarse y ser conejillo de indias de Kikuoka si con eso ha de investigar algún nuevo prototipo de realidad virtual, sabiendo que tarde o temprano Asuna irá a salvarlo, como ha hecho desde el principio de los tiempos.

Kazuto no le teme a nada, ni a la familia de su novia, o a sus propios padres.

Pero... él tiene una debilidad, un talón de Aquiles. Algo que al mismo tiempo es su fuerza.

Es cierto, Kazuto Kirigaya no le teme a nadie... salvo a esa muchacha de cabello del color del atardecer, que ahora enfundada en un elegante vestido rojo baila con su hermano Koichirou recorriendo magistralmente el salón donde se lleva a cabo la suntuosa fiesta de Navidad de la familia Yuuki.

Se palpa el bolsillo por milésima vez y advierte al tacto aquello que atesora desde septiembre. Ese anillo que guarda celosamente y que le ayudará a cumplir su mayor deseo. Lo lleva consigo desde el cumpleaños de su novia, creyendo que sería una oportunidad envidiable pedirle matrimonio en su cumpleaños... Pero no sé atrevió. Y luego en su propio cumpleaños pensó en pedirla como regalo, pero o bien, no escogió las palabras  adecuadas, o seguía siendo un tonto para hacerse entender, porque la preciosa chica no comprendió su indirecta. Así siguió hasta el veinticuatro de Octubre, creyendo que el aniversario de matrimonio dentro del juego le daría la valentía necesaria para exponer sus sentimientos... Pero se mantuvo escandalosamente en silencio, sintiendo que era todo un cobarde por no poder decir tres palabras que las repitió sin problemas en cuanto juego se internaron.

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