Ella tiene un corazón roto.
El nunca sea enamorado.
Ella piensa que todos son iguales.
El es el peor de todos.
El tiene un oscuro pasado.
Ella... tambien.
Esto va ser una guerra a muerte por saber cual es peor.
Y entre la familia Haywood y la famil...
Voy llegando a casa miro la hora en mi teléfono. 7:20
Bien tengo 40 minutos.
Subo a mi habitacion, me quito toda la ropa y entró a la ducha, tomó un baño de unos 10 minutos y salgo a buscar que ponerme, escojo esto.
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De maquillaje uso, corrector, polvo, rimel, labial vinotinto muy oscuro y me hago una sombra clara de negro para resaltar mis ojos.
Luego bajo y me encuentro con estela en la cocina.
—Hola cariño, que hermosa te ves. —Dice apenas me ve.
—Gracias, tu también te ves bien ¿Dónde está papá? —Pregunto.
—En su oficina, cuando termine de hacer una llamada vamos a la casa de Gregort. —Yo asiento y me siento en el sofá de la sala.
A los 5 minutos papá sale de su oficina y nos vamos a la casa de Gregort.
Estoy muy nerviosa por lo que pueda hacer Matteo no es como si fuera muy normal que el diga que necesita hablar conmigo y dudo que sea su venganza pues no creo que haga algo así enfrente de nuestros padres.
Tocamos el timbre de su casa y sophi nos abre la puerta.
Trae un hermoso vestido color agua marina, detrás de ella sale Matteo y trago duro al verlo, carga una camisa gris sencilla y unos pantalones negros con sus gomas simples.
Entramos a la casa y estela saluda a sophi y a Matteo con un beso a en la mejilla, mi padre le da un apretón de manos a Matteo y le da un beso en la frente a sophi, Yo abrazo a sophi y pasó por un lado de Matteo como si nada.
O eso trate hasta que me detuvo agarrandome del brazo.
—Tenemos que hablar. —Dice para luego sin dejarme otra opción jalarme hasta el despacho de Gregort, del cual después de entrar cierra la puerta.
Yo estoy que me hago pis de los nervios.
—¿Qué sucede? —Digo agradeciendo a Dios por no haberme trabado.
—¿Sabes que debo vengarme por lo que hiciste no? —Dice con un tono jugueton.
Yo trajo duro.
—No creo que sea necesario. —Digo con una risa fingida.
—¿Ah no? Pues yo pienso que Si, considerando que me dejaste Calvo, sin cejas, rayaste mi auto, inundados mi habitación y luego pegaste cientos de fotos en toda la escuela de lo anterior. —Mierda, estoy muerta. —Pero... podría perdonarte todo eso, solo necesito un pequeño favor.
