Consorte Florero

Esposo Nuevo Vida Nueva

La noche paso, Mikasa le dijo a Levi que quería seguir en la convivencia con su amiga, Levi no se negó y Mikasa paso el resto de la velada con Sasha, comiendo y riéndose de algún ocasional accidente en la pista de baile, pero no mencionó nada de lo acontecido, aun no estaba lista para ello, pero sabía que Sasha lo tomaría de la mejor manera, aunque se sentía muy insegura respecto a la reacción de Jean. Cuando todos comenzaron a retirarse Hange se dispuso a cazar a Mikasa.

- Si te vas a quedar un poco más deja que te esperemos - Mikasa ladeó la cabeza en sentido de negación - Por favor...

- Mikasa - Jean le suplicaba con la mirada, Mikasa frunció el ceño no le gustaba que Jean tratara de convencerla así.

- Vamos, me preocupo por ti Mika - La cara de Mikasa se suavizó la única que la llamaba Mika era su única amiga y con mucho pesar asintió. Sin más los dos salieron y Mikasa asumió que entrarían a la carreta.

- Oh señora Jaeger... - Dijo con una amplia sonrisa en el rostro 

- Deje de un lado las formalidades mi señora 

- Llámame Hange querida - Esta vez la sonrisa de Hange era cálida - Y supongo que te preguntaras que asunto es el que hay que tratar... Pues bien acompáñame a la casa y te explicaré...

- No será necesario esclarecer la situación, el señor Levi ya me lo aclaró todo...

- ¿Levi? ¿Eh? - La sonrisa de Hange parecía destilar éxito - ¿Le has dicho que sí?

- Sí. - Mikasa no sonrío tampoco parecía molesta, estaba dispuesta a afrontar lo que fuera

- ¿Por qué? - Mikasa levantó una ceja - Cof cof... ¿Por qué acepto? Creí que lo volvería a rechazar ya que ustedes no se conocen y...

Mikasa no respondió, era obvio el porque acepto

- No te preocupes, estoy en este asunto más que nada para apoyarte a TI

- ¿Por qué lo haría? Usted es su amiga no yo...

- Precisamente. Acompáñame y te explicaré todo, podrás preguntarme lo que quieras - Hange se encamino a la mansión y Mikasa vaciló antes de seguirla.

Caminaron un poco más por el jardín hasta entrar por la puerta de la cocina, Hange menciono que los mozos estaban muy atareados en la puerta principal, en la cocina Hange le pidió a una criada que les llevara te y pastas a la sala de té del Ala Oeste. 

Mikasa comenzó a sentirse incomoda después de eso, seguramente esa criada no era más que ella y ver como una señora como Hange coordinaba todo en esa casa la hacía sentir como si no valiera nada, no valía más que alguna criada de esa gran mansión, caminaban por amplios pasillos con una tapicería muy fina y bella, había jarrones de porcelana que se veían tan frágiles, llenos de flores frescas y algunas estatuas de mármol, pensaba en su posición... Se casaría con un Lord, probablemente mucho más rico que el esposo de Hange, ahora tendría tantas responsabilidades

- ¿Qué te incomoda Mikasa?

- Nada Hange... - Mikasa seguía pensando en ello, podría haber llevado una vida de criada si quisiera, ahora sentía un dilema, quizás o estaba en posición de casarse con alguien así

Hange entró a la sala, era un cuarto mediano, sobre la chimenea colgaba un cuadro de Erwin y ella, algunos libreros llenos, un sofá, un sillón y una mesita, entre otras decoraciones como flores y estatuillas.

- Bienvenida a mi rincón de paz - La sonrisa de Hange era amigable - Es un lugar solo para mi, ¿Te gusta?

- Es hermoso - Mikasa trató de responder con fascinación pero se notaba un poco de desanimó en su voz