* * *
Te gustaba hacer música.
Yo disfrutaba escuchándola.
Solía esconderme detrás de una pared delgada, y disfrutar de las melodías que tus manos creaban; lágrimas y sonrisas se fusionaban cuando tocabas, y mi pecho temblaba de emoción.
Era más que notas, eran suspiros y lamentos guardados, voces perdidas siguiendo una corriente silenciosa, imperturbable; creando una armonía digna de escuchar.
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El chico de las sinfonías | PAUSADA
Novela JuvenilNi las pinceladas rosas en el cielo colorean tanto mi alma como el vívido recuerdo de tu voz entonándome melodías bajo las estrellas.