1° ENCUENTRO - 1° ROUND

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1° ENCUENTRO

Una oportunidad...

1° ROUND

El cuadrilátero se iluminó. La multitud gritaba su nombre. Todo se movía a cámara lenta a su alrededor.

Vestía una bata negra bordeada por una cinta rojo pasión; la capucha le remarcaba ese aire de chico malo y rebelde, dejando entrever sólo las sombras que caían sobre sus masculinas facciones. Ojos cafés, de ese tipo de color que te seduce y te hace querer perder la razón. Nariz perfilada, que parece esculpida a la perfección por un artista sobre su rostro. Labios entre abiertos, que te tienta a tenerlos sobre tu cuerpo, suaves y fuertes a la vez.

Era mi primera vez en una pelea de boxeo profesional, los padres de Natasha nos invitaron a ella, la loca de mi compañera de cuarto en la universidad e inseparable desde entonces, a Demmi, mi amiga desde hace tanto tiempo que no logro recordar, y a mí; para celebrar que Natasha había conseguido el trabajo de sus sueños en Wall Street; ¿Qué cargo va a ocupar? Ni me lo pregunten, ella no dio detalles, sólo hablaba y hablaba de Wall Street, y cuando por fin, después de semanas de arreglar su currículo e ir y venir de entrevistas, recibió la llamada que tanto esperaba, grito por todo nuestro apartamento como una loca, y empezó a llamar a cuanta persona tenía en su lista de contactos para dar la gran noticia.

Pero eso no es lo que me tiene con la presión a mil, no, es saber que voy a ver en vivo y en directo al hombre que me quita el sueño, a Daniel "el dios" Kydog en una pelea por el campeonato de peso medio pesado, una categoría donde se ha hecho un nombre y una gran reputación.

La primera vez que lo vi boxear fue en mi habitación de universidad. Demmi no hacía más que hablar de él, que le decían "el dios" no sólo por su talento en el ring, sino también porque todas las chicas con las que se le veía querían repetir y repetir. Y cuando la loca de mi mejor amiga se juntó con mi compañera de cuarto, hicieron —sin mentirles— cortocircuito. Natasha creció en una familia amante al boxeo; sabe todo lo que se necesita saber sobre ganchos de derecha, izquierda y knockouts, y por supuesto, conocía al enigmático Daniel, y su corta —aunque muy exitosa— trayectoria por el cuadrilátero.

Una pelea, un sólo asalto me bastó para encapricharme cual groupie de "el dios". Ver sus brazos tonificados, que cada que lanzaba un golpe se tensaban y relajaban con tanta intensidad, su sixpack bien marcado contrayéndose con cada respiración acelerada, su espalda descubierta y brillante por el sudor, la forma en que sus hombros iban y venían con cada movimiento, el bailar de sus piernas endemoniadamente largas, musculosamente trabajadas; la forma en que sus muslos se perdían por debajo de su pantaloneta negra, cómo la franja roja delineaba a la perfección su estrecha cintura, la V que sobresalía de sus caderas y dejaba demasiado a la imaginación... ¡Dios! Creo que no sucumbí gracias a que no podía apartar los ojos del televisor.

Ahora, a sólo dos filas lejos del cuadrilátero, después de seis años de seguir su carrera profesional, de ver cómo fundaba su imperio, de saber que es un amante de la literatura al igual que yo, por fin, le voy a ver en acción. Le voy a ver danzar como los dioses en el ring. Voy a sentir el éxtasis del momento cuando por fin llegue el knockout, porque "el dios" Kydog nunca llega hasta el último round, no señor. Él es de los que sale a matar, hace más de cuatro años que ninguno de sus contrincantes ha podido llegar hasta el final.

Camina con propiedad. Sabe que es el dueño del mundo, que no hay quien le pueda ganar. Su manager, Sebastián Dinff, camina unos pocos pasos detrás de él.

—¡Ahí! Mira —grita Natasha para sobrepasar el ruido de las ovaciones que se oyen en el lugar; como si no le hubiera visto desde que entró en el coliseo. No he despegado ni un segundo los ojos de la entrada que da a los camerinos—. ¿A que es sexy el condenado? —Se ha acercado a mí para que sólo yo la oiga, porque ese tipo de comentarios no quedan nada bien delante de un padre, y menos delante del suyo, que es la mata de la educación y la moralidad. Aun no entiendo cómo es así de loca mi amiga, si sus padres no toleran el lenguaje subido de tono ni fuera de lugar.

KYDOG KNOCKOUT (KYDOG #1) - [AHORA EN DREAME]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora