5° ROUND

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—¡NOOOOOO!

Creo que todo Nueva York escuchó ese grito, pero es que, sencillamente, no me puede estar pasando esto.

Abro los ojos a la oscuridad total, estirando mi brazo para agarrar el celular que deseo estampar contra la pared más cercana.

El mejor sueño de mi vida, y sí, leyeron bien. El más real y excitante sueño de la historia, mejor que reproducir en mi mente la pelea del sábado, muchísimo mejor, y... ¿Al maldito celular le da por sonar? ¡¿En serio?!

Miro la hora en el reloj de mi mesa de noche, seis veinte de la mañana. Me quedan veinticinco minutos para levantarme de la cama. Veinticinco minutos de diversión y placer. Estaba a un minuto de correrme en sueños. ¿Cuántas personas en el mundo pueden decir eso?

El celular vuelve a sonar, y voy a matar al que esté del otro lado de la línea. Segura como que el infierno existe y para allá voy a mandar a... ¿Nat?

Cuando miro la pantalla con los ojos entrecerrados, aún un poco adormilados y sensibles a la luz, me doy cuenta que la que me llama es Natasha, y el instinto asesino se despierta en mí.

—¡Te voy a matar! —le digo entre dientes a penas contesto.

—Pues has cola—contesta—, y para que lo sepas, la competencia esta durísima.—Su tono es divertido y ese comentario tiene un doble sentido por donde lo mires.

—¿Qué pasó, Nat? ¿Ya viste la hora? —le recrimino.

—Sí. Ya la vi. Simplemente lo que te tengo que contar no puede esperar. —Hace una pausa—. Adivina quién está en la ciudad.—Baja la voz a un susurro y mi cólera aumenta.

—Por mí como si es el presidente —respondo sarcásticamente—. Dime que hay alguien en el hospital o va en esa dirección, porque no me puedes haber despertado para esto.

—Cuando te diga de quién se trata me lo vas a agradecer.

—Nat, por el amor de Dios. Dime de una vez y déjame planear mi venganza. —Contra ti, debí decir.

—Bradson Meller —dice de golpe.

Adiós sueño, adiós venganza. Nat no me puede estar hablando en serio. No y mil veces no.

—Dime que es una maldita broma, Natasha —digo rápidamente.

—Es una maldita broma —repite, pero su tono es de condescendencia. No lo está diciendo en serio.

—Nat... —Me he quedado en blanco.

¡¿De todas las ciudades del país—hay muchas... bastantes—y Bradson viene a terminar aquí, en Nueva York?!

Dios, ¿Por qué me castigas de esta manera?

Bradson Meller, mi novio de la secundaria y el estúpido más grande sobre la faz de la tierra. No digamos que lo odio, pero, si él estuviera en un incendio, y yo fuera la única persona que tuviera agua, ¡Me la tomo! Así me ahogue.

Cometí el típico cliché adolescente... Ay Dios, no quiero ni pensar en eso. No voy a pensar en eso, me ordeno mentalmente, porque es tan absurdo, que las aburriría, aunque para mí sea el fin del mundo.

—Margy, te llamo para que lo tengas en cuenta. Nueva york es un infierno de grande. Pueda que nunca te lo encuentres. Es sólo, uno nunca se imagina...

—...Pero llega a suceder. —Finalizo la frase por ella.

La voz de Nat se ha tornado suave y dulce. No quiere que haga un tornado en un vaso de agua por esto, pero quiere que esté preparada "por si llega a suceder".

KYDOG KNOCKOUT (KYDOG #1) - [AHORA EN DREAME]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora