「seis」

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Cuando desperté, el Sol ya había caído. No podía decir que la Luna iluminaba mi habitación porque el cielo estaba nublado y se escuchaban truenos anticipando una tormenta.

Intenté prender la luz pero esta no funcionaba.

Genial, la empresa de electricidad corta luz antes de cada tormenta para que los electrodomésticos y demás no se quemaran.

Rebusqué mi teléfono y estaba a punto de golpearme cuando recordé que había dejado el teléfono en la Universidad cuando salí corriendo.

Salí corriendo. De él.

Miré alrededor, tenía miedo. Miedo de que SeoJoon apareciera y cobrara su venganza por haber quedado inconsciente en el suelo.
Giré mi cabeza hacia la ventanta y ví que algunas gotas comenzaban a caer, hasta que comenzaron a caer muchas más y el sonido en el techo comenzó a aumentar.

Me senté en mi cama mirando al techo y los recuerdos de la tarde volvieron a mi mente.
SeoJoon nuevamente estaba acorralándome, su agitada respiración golpeaba contra mi oído y sus manos recorrían mi cuerpo.
Poco a poco, mi respiración se volvió irregular, mi pecho subía y bajaba con fuerza, SeoJoon estaba tocándome y yo cada vez sentía más asco.
Cerré mis ojos con fuerza, recordando la fuerza que él había usado sobre mí, sosteniendo mis muñecas con una mano mientras metía la otra en mis pantalones.

Llevé mis piernas hacia mi pecho y las abracé. Tapé mis oídos, el ruido de la lluvia golpeando el techo era ensordecedor, los judeos de SeoJoon eran ensordecedores. Los sonidos cada vez se agudizaban más, las escenas cada vez eran más reales y SeoJoon estaba más cerca de cometer su acto.

De repente, SeoJoon desapareció. Sus jadeos, sus manos sobre mí, sus ojos, su voz. Él ya no estaba.
En mi habitación sólo estaba yo y la oscuridad que me rodeaba.
Cuando quise abrir los ojos, unas manos nuevamente estaban sobre mí, acariciando mi cabello. Me asusté y volví a encogerme en la cama, pero esas suaves manos aún tocaban mi cabello.

No era SeoJoon. Definitivamente no.

Mi respiración volvió a la normalidad y aquellas cálidas manos podía sentirás ahora sobre las mías.

—¿Q-Qué es esto?— pregunté. —¿Jackson?— supuse que podría ser mi hermano, tal vez su turno en la clínica había acabado y estaba de vuelta en casa.

Aún con los ojos cerrados, sentí a alguien sentarse en el espacio vacío de la cama. Abrí mis ojos para ver el reloj que estaba sobre mi mesa de luz y ví la hora.

El turno de Jackson no había terminado.

Mis padres habían viajado dos días atrás hasta Daegu para visitar a la hermana de mí madre, así que ellos no podían ser.

Volví a cerrar los ojos intentando no desesperarme. SeoJoon no sabe donde vivo, él no puede saber que estoy aquí, me repetí varias veces, pero aquellas manos tocaron suavemente y mis miedos desaparecieron.

Aquellas manos no pertenecían a SeoJoon, aquellas manos me entregaban paz.
En ese momento, el sonido de la lluvia desapareció para mí, ahora sólo sentía aquellas manos en mi cabello.
Sentía un suave olor a rosas y el ambiente era cálido. Mi corazón latía lentamente y mi respiración era acompasada.

Minutos después, mis ojos comenzaron a sentirse pesados, mi respiración se volvió pausada y sin darme cuenta, me quedé dormido.

Luego de haber dormido por quién sabe cuanto tiempo, me desperté

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Luego de haber dormido por quién sabe cuanto tiempo, me desperté. Eran las diez de la noche y podía escuchar movimiento en el piso de abajo.
Cuando bajé, escuché ruido viniendo de la cocina y me acerqué a ella. Desde el marco de la puerta podía ver la espalda de mí hermano, mientras muy concentrado preparaba la cena.

—Jackson— llamé su atención, él se dió vuelta y sonrió.

—Oh, despertaste, dormilón— dijo para volver a girarse. —Estoy haciendo la cena, ¿puedes poner la mesa?— se movía con entusiasmo en la cocina, él sabía lo que hacía.

—Claro— me acerqué a la heladera y saqué el agua, para después colocar platos,vasos y los palillos sobre la mesa. —¿Tu turno terminó temprano hoy?

—Mmm no, de hecho, llegué una hora más tarde, Kook— dijo señalando el reloj.

—Oh— entonces él no había sido.

Me senté esperando a que mi hermano terminara de cocinar y tomé mi celular.

"Nuestros ángeles saben cómo nos sentimos, ellos saben como ayudarnos"
La página de Twitter que seguía sobre Ángeles había publicado eso hace apenas unos segundos, e inmediatamente caí en cuenta de algo.

¿Y si aquellas suaves manos pertenecían a mi Ángel?

¿Y si aquellas suaves manos pertenecían a mi Ángel?

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Jungkook's angel [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora