「siete」

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—¡Oh Jungkook, agradezco a los Dioses que estés sano y salvo!— sollozó Taehyung luego de que mi madre lo dejara pasar. Él venía todas las mañanas a mi casa y de ahí partíamos juntos hacia la Universidad.

Mi hermano ya había hablado con mi familia sobre eso, y ellos entendieron que no quería hablar de eso, pero Taehyung se había enterado gracias a Yoongi y no sabía cómo me sentía.

Estaba acostumbrado a recibir a mi amigo en casa, nos conocíamos desde que tenía memoria, así que no me molesté en ponerme un short, sólo me envolví en las mantas porque no quería que él viera las marcas de ese sucio.

Cuando el quiso acercarse a abrazarme, me alejé. Me alejé porque no quería que nadie tocara mi cuerpo, sentía que cualquiera podría hacerme daño, y no quería volver a pasar por eso.
Tampoco quería que alguien note los moretones que había en mis muñecas gracias a la presión que él había ejercido en ellas, me daba asco.

—Nochu...— susurró mi mejor amigo acercándose, pero yo me alejé. Sentía miedo. —Maldita sea Jungkook, no me hagas esto— sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, y la angustia creció en mi pecho.

—T-Tae...— susurré.

—No puede ser que ese hijo de puta te haya hecho esto, no puede ser que te haya dejado así— cerró sus puños con fuerza, y las lágrimas recorrían su rostro.

—No llores cariño, estoy bien— me acerqué lentamente, y con mis manos temblando, toqué su rostro. No se sentía como él, su piel no se parecía en nada a la de SeoJoon.

—Nochu— tomó mi rostro entre sus manos y me miró a los ojos. —Prometo que jamás en mi vida voy a dañarte, me conoces y sabes que es lo último que haría en mi vida, prefiero morir— susurró.

Cerré mis ojos y lo abracé. Taehyung besó mi cabello y sentí que algo tironeaba de mi camisa. Pensando que había sido Tae, me relajé.

Tantos años de amistad, habían generado un espacio de confianza y un amor fraternal inquebrantables, por lo que el demostrar cariño era algo normal para nosotros, todos lo sabían. Pero cuando Taehyung se acostó en mi cama y llevó mi cuerpo con el suyo, quedando yo sobre él, aquel tirón volvió a aparecer y me hizo moverme hacia un costado.

—¿Qué demonios?— giré mi rostro buscando a alguien y maldita sea, no había nadie. Confundido, llevé mi mano a donde creía que había sido tomada mi camisa y mi corazón se detuvo.

Dioses, estaba tocando una mano. Podía sentir piel, por la mierda, sí que lo era.
Asustado, quité mi mano y retrocedí en la cama, Taehyung me miraba extrañado y me acerqué a él. Pegué mi espalda contra su pecho y él rodeó mi cintura con sus brazos.

—¿Qué sucede?— preguntó.

—P-por los Dioses— gemí. —S-sentí algo.

—¿De qué hablas? ¿Qué sentiste?— me miró confundido y giró mi cuerpo.

—¡Maldita sea Taehyung! ¡Acabo de sentir una jodida mano sosteniendo mi camisa!— dije.

—¿Una mano? ¿Acaso estás loco?— rió.

—Kim Taehyung, no estoy bromeando, mierda— él se puso serio de inmediato al notar mi rostro.

—No inventes— jadeó. —¿H-hablas en serio?— lentamente, se puso de pie y comenzó a alejarse de la cama. Se me olvidaba que Taehyung era un jodido maricón.

—E-espera idiota, yo también tengo miedo— y yo también era un maricón.

—Ven, salgamos de aquí, tenemos que ir a la Universidad— tomó mi mano y quiso arrastrarme fuera de mi habitación, pero rápidamente me zafé de su agarre y chillé.

—¡No voy a ir! ¡No con ese cabrón aún allí!— las lágrimas se hicieron próximas y mi cuerpo comenzó a temblar. Me olvidé de aquel extraño suceso ocurrido hace unos minutos, y me senté en la cama. Envolví mi cuerpo en mis brazos y bajé la cabeza, las lágrimas caían.

—Jungkook...— susurró. Se acercó a mí y se puso de rodillas en frente mío, tomó mi rostro y sonrió.

—Él está en el hospital, está grave— levanté mi rostro y lo miré —Aún nadie sabe quién lo golpeó, pero maldita sea, se merece un altar.

—E-estás bromeando— dije, era imposible.

—Jodidamente no— sonrió. —Él está en terapia con tres costillas rotas, al igual que todos sus dedos. Al parecer, patearon sus genitales ya que dijeron que estaban destrozadas, aquella persona sí que le tenía bronca.

—Por los Dioses, eso es tan horrible— dije.

—¿Qué?— preguntó incrédulo.

—Que alguien haga eso, es tan horrible— dije mirando el suelo.

—¿Estás bromeando Jungkook? ¡Horrible es lo que él te hizo a tí! ¡Esa otra persona te salvó de que te rompieran el trasero, joder!— gritó furioso.

Sus gritos me generaron temor. No por favor, no de nuevo, me dije.
Cubrí mis oídos y cerré mis ojos con fuerza.

—Basta, basta, basta— dije entrando en pánico.

—Oh, ¡Jungkook!— gritó y se acercó a mí —No es lo que tú crees, estoy aquí, soy TaeTae, tu mejor amigo— susurró.

Abrí mis ojos y le observé. Sus ojos estaban cristalinos y su labio inferior temblaba.

—Lo siento— solo asentí.

—No quiero ir a la Universidad hoy— susurré.

—Está bien, no iremos a clases hoy— sonrió y acarició mi cabello.

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Jungkook's angel [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora