Escribe una historia sin un solo adverbio -mente.
*Sin problemas, creo. Si solo se refiere a -mente-.*
Había una chica, enamorada de un chico; su amor incansable, su dulce veneno, su sangriento Romeo...
¡Demonios! ¿Pero qué clase de bobadas estaba pensando?
La clase de español pasaba con inmensa lentitud, cómo de costumbre y Dylan trataba de seguir con la trama de sus ensoñaciones. Él quería ser el valiente caballero, el héroe de encantadora sonrisa que en un instante tenía a la dama qué quisiera. Absurda idea, él era el brabucón de la escuela, el insoportable que todo el mundo trata de evitar, pero que en sus fantasías es el personaje principal de todas las historias. A diferencia del modelo de persona insufrible promedio, él no era el capitán de algún equipo de deportes o el inadaptado con problemas que se desquitaba con el mundo por no poder enfrentar sus demonios internos. Él simplemente era un fanfarrón presumido.¿Sangriento Romeo? A las chicas no les gusta nada que ver con fluidos corporales, no creo que ninguna quisiera besarse con alguien que está cubierto de sangre, sería demasiado repulsivo.
Los minutos siguieron pasando, un tic tac más cerca de la hora de salida.
Tic-tac el viento comenzó a soplar,
Tic-tac los árboles agitaron sus ramas,
Tic-tac el cielo se nubló,
Tic-tac la lluvia se desató
Tic-tac el timbre de la clase sonó.Dylan hizo, cómo de costumbre, su desfile de bromas de mal gusto y acoso a los que sabía no lo desafiarían, o eso pensó. Al parecer el cambio de clima también hizo un cambio en la rutina. Tobías, el chivo expiatorio favorito de Dylan, le plantó cara ese día, se defendió de su agresor aún sabiendo que perdería; sus acciones le ganaron un ojo morado y una nariz rota que sangraba a borbotones. Dylan, habiendo dejado a Tobías por fin en el suelo, se preparaba para marcharse; se puso la mochila al hombro cuando vio a Alisson arrodillarse y limpiar con cuidado la cara de Tobías.
-Tenias razón, lo mío no es la pelea.
-Toby, no tenías que romperte la nariz para darte cuenta de eso. Eres inteligente, usa esa mente brillante para sacarte de problemas.
-Quería impresionarte, no creo que a alguien tan extraordinaria como tú, se interese en alguien como yo, un cobarde.
Tobías quería esconder su rostro ensangrentado, pero Alisson siguió limpiando su herida.
-Ya me habías impresionado, Toby. - le besó la mejilla que acababa de limpiar.- Solo estoy esperando que tú muestres el interés.¿Quién lo iba a pensar? Quizá esa idea del sangriento Romeo si funciona después de todo. Qué genial soy, le acabo de hacer un favor a ese enclencle con la chica de sus sueños. Quizá deba de fingir una herida y cubrirme de sangre falsa, podría funcionarme.
*Ok ya no sé qué estoy haciendo, no es difícil escribir sin el mente, difícil es pensar una historia.*