Capitulo IV Pesadilla...

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"...Las cosas jamás creí que cambiarían en un segundo..., me buscaste..., me encontraste...y te pertenezco..."


Pov Serena

-¿mi esposo? Eso es imposible Mina, yo no me he casado-le reclame, sonando confundida del otro lado

-pero...pero...Serena...-dijo confundida, cambiando de un momento a otro a una voz mas oscura y extraña-él ya viene por ti...acepta tu destino...-su voz sonó aterradora, a lo que arroje el móvil estrellándola en el suelo, no puedo creerlo, es mentira! Mentira! De seguro es una de mis pesadillas, piñizqué mis mejillas y me dolían, ¿estoy sumergida en una realidad inevitable?, mi cuerpo me duele..., tengo ligeros moretones en mis brazos, corrí hacia el baño desvistiéndome encontrándome con algo aun mas espantoso, no solo eran mis brazos, sino que mis piernas y caderas-que me sucedió...-me susurre a mi misma dolida abrazándome-esto es una pesadilla...-me sumergí a las aguas cálidas para relajar mi cuerpo, necesito averiguar que es lo que sucede, ¿Dónde están las chicas? ¿Qué paso en la fiesta? Y lo mas importante ¿Qué me sucedió?...


...lo que tenia que haber pasado hace mucho tiempo mi reina...


-¿Qué?!-abrí mis ojos saliendo del agua rápidamente cayendo directamente al suelo, poniéndome de pie rápidamente a descanso buscando algo que ponerme y huir de allí como me fuera posible

Ni si quiera cerré la puerta, otra vez esa voz en mi cabeza, que me acosa desde que llegue a este lugar, al salir me di cuenta que el auto de las chicas no esta, mire hacia el cielo por alguna razón inexplicable y a pesar de que estamos en verano las nubes se adueñan del paisaje frente a mis ojos


...mi reina, ya no puedes huir de mi...


Otra vez, ¿Quién eres? ¿Dónde estas?, pregunte a viva voz como si fuera una demente


...mi dulce amada, ¿acaso no recuerdas lo que sucedió anoche?...


-¿anoche?-un pequeño recuerdo vino a mi mente en un momento, mis labios besando a un hombre, mis manos tocando su cuerpo, no puede ser..., yo...


...acéptalo esposa mía..., ya eres mía...


-NO!- grite saliendo corriendo a cualquier dirección, yo no pude haber tenido relaciones con ese ser, no, no, y no, es una broma, una mentira, nada de esto es verdad, y...¿si fuera verdad?..., no quiero tener nada que ver con él, seguí con mi persecución hasta el pueblo, alguien debe ayudarme, quien sea, no me importaba en lo mas mínimo correr con un simple vestido playero y sin un calzado que cubra mis pies, no me interesaba el pavimento, tampoco la tierra y las piedras que hieren mis pies, estoy segura que hay un lugar que me pueden ayudar, una farmacia

Sin darme cuenta, me había adentrado al pueblo, no puedo creer que no hay nadie en sus calles, se me hizo muy extraño, pero mi mayor preocupación es otra, no quiero tener un futuro hijo de él, nada, llegando al local de medicamentos acercándome a la señorita farmacéutica

-hola dígame...¿Qué necesita?

-píldoras anticonceptivas, la del día después, lo que sea...-dije agitada, me miro con detenimiento y su mentón temblaba contestándome tartamudeando

El rey del inframundo...(serena y diamante) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora