Hacía mucho tiempo, pero no demasiado en que la Tierra había hecho contacto extraterrestre por primera vez. Todo el mundo en aquel entonces lo recordaba claramente, con lujo de detalle; cada quien a su manera y con un hueco en el corazón que parecía expandirse a todo el cuerpo. Era así porque realmente las personas nunca lo comprendieron, ni siquiera fue descubierto por científicos tan dedicados al área de la astronomía, ellos habían sido testigos después de unos cuantos días.
El primero en hacer contacto con aquellos seres superiores, porque la teoría era cierta, eran superiores, fue un niño pequeño de unos seis años apenas. Cuando en el patio trasero de su casa, entre un montón de hojas secas encontró un pájaro herido, con un ala rota, la cabecita sangrando, prácticamente moribundo. Pero la compasión del niño fue grande, producto de eso se tumbo de rodillas y su corazón se llenó de la suficiente congoja como para llamar la atención de aquellos seres superiores, su sentimiento había sido lo suficientemente profundo como para atravesar los planos de la realidad. El niño alzo la vista y encontró en su plano de visión un ser luminoso y hermoso en toda la extensión de lo posible, probablemente el significado no habría sido suficiente para describir aquella imagen que se formaba en la mente del niño. Lo siguiente que paso fue que aquel ser de luz poso una mano sobre el pájaro casi muerto y este desplegó sus alas después del toque, unas hermosas y torneadas alas que se movieron con agilidad y lo elevaron por completo.
El niño, había visto tal espectáculo maravillado y con la incredulidad en la cara, la sonrisa que se había formado expresaba la felicidad más pura que jamás se hubiera podido encontrar en un rostro humano, sus ojos azules se iluminaron aún más cuando aquel misterioso ser había formado también una cálida sonrisa como respuesta.
Y ese fue el comienzo, y la gracia del día, pues si la compasión por los semejantes, la gratitud, la emoción y el amor en su estado más puro no se hubiera compactado y mostrado en aquel chiquillo, en la existencia de la humanidad, los ángeles jamás habrían encontrado una razón para bajar del cielo a la tierra y enseñarle a la humanidad su verdadera naturaleza, las cosas para las que habían sido creados y la manera en que por fin encontrarían la felicidad.
Fue entonces que la vida inteligente en el planeta tierra encontró la unión, la paz y acepto un orden y mandato supremo, de seres a la fecha incomprensibles. Todo funcionaba bien y esta vez sin ningún tipo de engaños, sin ninguna deuda que pagar, excepto la de la reflexión voluntaria.
En medio de todo esto y en una escala pequeña, en una sección en el área del norte de américa, entraba en estado de prueba un proyecto impulsado por la autoridad suprema de la tierra, los ángeles. Habían encontrado en los humanos resultados satisfactorios en cuanto a sus actitudes, la violencia estaba erradicada, pues habían aprendido a controlar sus impulsos, controlaban ahora sus deseos, y no sucumbían ante necesidades banales, solamente existía el propósito de la perfección.
Pues bien, la idea trataba acerca de brindar la oportunidad a una reducida población de humanos para convertirse en ángeles, miembros del grupo de intelectuales que promovían la paz en la tierra y la formación de humanos mejorados, todo un trabajo arduo hasta algún día lograr la creación de nuevos mundos; o al menos eso se dictaba.
Además el mundo se conformaba por sectores, secciones que se dividían entre las industrias, las cuales eran una parte pequeña del planeta y las reservas naturales, que se llevaban el mayor territorio entre los campos agrícolas, las selvas, los bosques, las praderas, todos aquellos ecosistemas restaurados y las villas donde vivía toda la población. Cada casa estaba habitada por una familia pequeña, normalmente el número máximo de miembros de cada una de ellas era cinco, así que los recursos eran exactamente los necesarios para la vida próspera. Este lugar habitado por las familias humanas estaba ubicado en lo he se conocía en el pasado como Noruega y sus alrededores, así que los paisajes de montañas y de archipiélagos nunca faltaban en el día a día de las personas. Se vivía de la manera más pacífica posible, de la más saludable y de la más feliz. Aquí, es donde se encontraban dos muchachos que recibían el nombre de Dean y Castiel, los cuales eran mejores amigos, casi de la misma edad a no ser por algunos meses de diferencia, pues tenían cumplidos ya los dieciocho años.
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Destiel |One-Shots| 🌈💭
Fanfiction"Morning Sunshine, some coffe?" - Prueba de que Destiel es real. Comparto con ustedes todo el amor que siento por este ship. Ojala les guste lo que escribo, se aceptan sugerencias. Gracias de antemano.