#6:Anotación

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Su reloj despertador lo sacó de su profundo sueño.

“Una de las bromas de Kacchan”, pensó el chico con fastidio.

Su vista se posó en su ventana. Afuera llovía y demasiado. Un rayo iluminó el paisaje.

Ahora no podría dormirse más. Una vez que se despertaba le era imposible volver a conseguir dormirse otra vez.

—Podría salir a entrenar—Se le ocurrió decir en voz alta.

Se alistó y salió afuera.

Practicó uno de sus golpes contra la madera de unos de los árboles.

Se concentró tanto que una hora ya había pasado desde que se había despertado.

Se sentó en el suelo, bajo la lluvia, y se percató de que Uraraka se hallaba en el pequeño balcón, observando el cielo.

No quería molestarla así que se debatió varios minutos en decidir qué hacer.

—Uraraka-san—La llamó Deku desde abajo.

—Vas a enfermarte, Deku-kun—Le dijo desde su balcón.

Ella se preocupaba por él.

—¿Estabas llorando?—Se preocupó al notar sus ojos ligeramente rojos.

Su silencio fue su respuesta. Sin embargó, él comprendió con rapidez que estaba en lo cierto.

—Subiré enseguida—Dijo antes de que la castaña pudiera contestar.

Corrió hasta el vestíbulo y subió las escaleras hasta su cuarto para cambiarse y darse una ducha.

Se cambió su ropa por su atuendo de dormir: un pantalón verde claro y una camiseta en la que se leía All Might.

Luego, cerró con llave la puerta de su habitación y se dirigió hasta el pasillo para encontrarse con su amiga.

La encontró sentada en el pasillo, frente a la puerta de su habitación. Tenía puesto unos shorts negros, una camisa blanca y una sudadera naranja con una capucha de gatito, sobresalían las orejas cuando se la ponía.

“Se ve tan tierna”, pensó.

—Ten—Le dio un mochi de su caja de almuerzo que había traído con él.

—Gracias, Izuku-kun—Mordió el mochi de fresa sin percatarse que lo había llamado por su nombre.

—¿Ochaco-chan, por qué llorabas?

Su amiga lució sorprendida.

Se regañó a sí mismo porque había usado chan sin pensarlo con detenimiento.

—Tuve una pesadilla—Agarró otro mochi que su amigo le ofrecía —. Son cada vez más frecuentes.

—Sabes, cuando era niño mi mamá me decía algo que siempre me hacía reír y lograba que se fueran todos mis miedos.

—Quisiera escucharlo, Deku-kun—Le pidió con ojos soñadores.

—No puedo—Se ruborizó —. Me avergüenza mucho, Uraraka-san.

—Por favor—Juntó sus manos e hizo un puchero.

No quería decírselo porque le causaba mucha vergüenza pero ella parecía tan interesada que decidió complacerla.

—All Might a todos vencerá. Los monstruos a ti no te comerán, mi amor. Los villanos se esconderán porque el héroe número uno aquí está—Expresó con rubor.

Ochaco comenzó a reír con el peliverde.

—Gracias, Deku-kun. Por los mochis y por la frase que te decía tu mamá de niño. Ahora estoy segura de que podré dormir—Le dio un beso en la mejilla—. Te quiero. Nos vemos mañana.

Se levantó, agitó su mano y cerró la puerta.

El peliverde se quedó estático por un segundo. Más tarde una sonrisa se dibujó en sus labios. Él también quería y demasiado a su amiga. Desde hace meses comenzó a preguntarse ¿De qué forma quería a Uraraka Ochaco? Y la respuesta estaba en su propio corazón.

—Me gustas—Dijo en voz baja.

#6: Sonríes a pesar de estar rota

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#6: Sonríes a pesar de estar rota.

Escribió sin dudar en su libreta.

Ochaco seguía sorprendiéndolo de muchas maneras. Podía estar triste y, un segundo después, reír a su lado.

[1.2] Me gustas, me gustas, me gustas [Izuocha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora