Latido.

UNA NUEVA FLOR

CAPITULO II

Mi padre me enseño que sin importar la situación me apoyaría y estaría conmigo pero que cada acto tendrá una consecuencia y es ahí donde debo tomar la responsabilidad.

Mi padre aun siendo líder de toda la manada de lobos albinos me daba mi espacio y libertad pero, aun teniendo tanta libertad habían situaciones que debía cumplir como futura líder y una de ellas era prepararme para la gran ceremonia oscura. Ese momento es el más importante de mi vida, sería la noche en la cual al fin me convertiría en un alfa completo y sería líder de mi manada.

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En una noche oscura se encontraba a lo lejos un joven suspirando por su destino.

.- Mi señor Abel es hora.- Comento su pequeña Omega.

Redacta el Abel:

Había llegado la noche y tenia una sensación extraña, algo diferente a todas las noches anteriores. Podía sentir la sangre corriendo por mis venas rápidamente y una sed intensa de sangre.

- ¿Porque tiene que ser una sed de sangre? - Me pregunte con desaprobación - Si no soy un vampiro ni un monstruo - Suspire con desesperación.

Cuando nací sucedió casualmente al mismo tiempo que una pequeña Omega rubia, sus padres son los mejores amigos de mis padres así que nos comprometieron desde ese día. Nunca existió un problema con ese acuerdo ya que nos convertimos en mejores amigos pero hasta ahí fue la manera en como la miraba, amigos.

Nunca nos miramos con otros ojos.

.- Gracias Rosemarie.- Comente al sentir su mano tocando la mía, tenemos la costumbre de tranquilizarnos por medio del tacto cada vez que me siento de este modo. Desde el comienzo Rosemarie tenia la habilidad de calmar a mi lobo cada vez que sentía un malestar, era como si todo dolor o preocupación se fuera con solo un tacto de su parte. - Gracias - Comenté con una sonrisa - Vamos a la ceremonia - Dije soltando su mano.

Al convertirme en un lobo podía sentir cada espora y olor diminuto, amaba el delicioso olor a  pasto, su textura y sabor - esto es lo que necesitaba - susurre estirando mis largas garras en el suave césped, por un momento inesperado pude sentir otro olor que era débil a una azucena recién nacida.

- Ese olor me encanta - Me dijo mi lobo quien tiene el nombre de Félix.

.- Si, tal vez hoy es un gran día .- Exprese para tranquilizar su hambre y evitar que salga corriendo para averiguar la ubicación de ese aroma.

Felix es fanático de los olores y si fuera por el se podía hacer adicto a cualquier olor que le proporcione placer.

- ¡Vamos tenemos que encontrarlo! - Grito emocionado moviendo las patas para llegar hacia ese olor.

La luna se miraba tan hermosa con un color azul marino. Félix sin un control, podía escuchar a mi manada gritar el nombre de mi lobo por la conducta anormal que tenia en ese momento alejándome de todos.

Recuerdo el momento en que me volví el líder de mi manada o como lo nombramos un alfa completo.

- Desde hoy serás el lider de nuestra manada para cuidarla y tomar las mejores decisiones con responsabilidad y sabiduría- Dijo mi padre.-Con esta bienvenida te ofrecemos un banquete de ovejas, cabras, ciervos y caballos -

Con felicidad comente - Por favor coman todos conmigo -

Ese dia fue el mejor de mi vida, nunca la olvidaré.