c a p i t u l o (3)

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Mismo día: pero diferente hora

  — Vamos a dejar en claro algo, yo no quiero que estés aquí y por tu bien espero que tampoco quieras quedarte tanto tiempo en mi casa, si estoy dejando que te quedes en mi habitación es con mis condiciones, — ¿queda claro?

  — Preferiría un  — Hola, ¿Cómo estás Tyler?, sé que estás muy cansado, hola soy la hija de la mujer que te quedo dejarte vivir aquí, sé bienvenido, te preparé la comida, tóma asiento.
— Dijo con sus ojos escaneando mi mirada de asco y asombro y una leve sonrisa de un lado de sus comisuras.

  — ¿En serio creíste que te iba abrír las puertas de mi casa como si fueses un invitado al que espere que llegará? — Dije atónita.

  —  No, sólo quería que me abrieras las puertas de tu casa, (carraspeo), mm ¿desconocida?, si no que también quiero que me abras las puertas a tu corazón. 

  — Desde cuando mi mamá invita a Romeo a mi casa... y no me interesa lo que tengas para decir Jones y mi nombre es Lúlú pero eso no importa porque no pienso dirigirte ni una palabra, y lo único que vas a escuchar de mi son mis reglas de convivencia.

— regla número 1: dormir en el piso
— Regla número 2: antes de entrar al cuarto tocar la puerta
— Regla número 3: antes de abrir los ojos al despertarte vas a tener que preguntar sí me estoy canbiando.
— Regla número 4: no me hables.
— Regla número 5: no voy a compartir mi baño así que vas a usar el baño de abajo, qué es el de mi mamá pero eso da igual, ella te dejo vivir aquí.
— Regla número 6: vas a cambiarte en el mismo baño que te dije, no estar en ropa interior en mi presencia y en camiseta y pantaloncillos también.
— No dejar la ropa interior tirada, no traer chicas a la casa y mucho menos a mi habitación, no fumar, no drogarse, y ninguna acción de indole ilegal.
—¿Queda claro?

Para el momento en el que lo miré, él estaba en la cocina con un celular en su mano izquierda y con un vaso con jugo en la otra.

— Ah... ¿estabas hablando? — dijo frunciendo sus cejas.

En ese momento quise tirarle el jugo de naranja de su vaso a su cara y para cuando camime frente a él, sin pensarlo, derrame el vaso sobre su perfecto rostro.

— Dije que... Que el jugo de naranja es nutritivo Jones, sólo te queria decir eso, adios. — Dije con la respiración ajitada. ¿Desde cuándo trataba así a los desconocidos?

Y subí a mi cuarto dejando la cara de estupefacción del chico que ahora habitaba en mi casa, desearía poder recordarle todas las mañanas cuán nutritivo es el jugo de naranja, y en ese momento se me ocurrió un plan, uno que Jones nunca iba a poder olvidar.

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Si les está gustando mi historia, no se olviden de votar o comentar, se los agradecería mucho porqué no se si seguir escribiendo o dejarlo en inconcluso, diganme si les gusta mi forma de escribir o lo que sea, estoy abierta a las opiniones y nos vemos en el siguiente capitulo. Bayy!! Y besitos❤

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