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Con la última cerveza que había encontrado en la nevera. Terminó recostado en el sofá, mirando hacía el techo mientras se perdía en sus pensamientos.

Su madre no hacia acto de presencia desde hace unos días y las cuentas en la casa iban empeorando conforme los días pasaban. Hyunjin era muy vago para trabajar, tanto que hasta de vender droga no le servía.

El azabache estaba decayendo lenta pero peligrosamente mentalmente. Sus ganas de vivir casi nulas le impedían seguir adelante con todo lo que quería hacer y terminar.

Kaewoo apareció por su cabeza y sonrió automáticamente, pero se reprendió cerrando sus ojos. Hyunjin tenía que aceptarlo, la razón por la cual no había terminado con ese lindo castaño era porque Kae era la pequeña vela en medio de su oscuridad que necesitaba que brillara y le diera calor, que le dijiese que todo estaría bien.

Kaewoo era lo único que lo amarraba a la tierra aún, era su balance.

Unos suaves toquecitos en la puerta lo sacaron automáticamente de sus pensamientos. Hyunjin miró la puerta dudando si abrir, era muy tarde, pero él reconocía esa manera de tocar la puerta.

— Kaewoo? No puede ser — se levantó y tomó la pistola que estaba sobre la mesa para mantenerse armado y asegurarse de que no lo matasen a él primero si eran los vendedores de droga a buscar el dinero que su madre no pagaba

Abrió la puerta de golpe y detuvo cualquier movimiento. Bajó su mirada hasta encontrarse con Kaewoo, cabizbajo mientras sacudía sus hombros llorando. Automáticamente soltó su arma y lo arrastró adentro para estrujarlo en su pecho, altamente preocupado de que a Kaewoo se le hubiese ocurrido salir solo por ahí y algún idiota le hubiese hecho algo.

— estás bien? Alguien te hizo algo? — preguntó Hyunjin tratando de no parecer más preocupado de lo que estaba. Acarició la cabeza de Kaewoo, dejando que él mojara su camiseta y apretara su cintura con fuerza. El pelinegro frunció su ceño por el contacto

— d-dime que me amas — balbuceó el castaño entre sollozos, mirando con sus cristalinos ojos a Hyunjin — por favor dime que me amas y no me usas

Hyunjin frunció su ceño, no entendía que le ocurría a Kaewoo. Él no le había contado de su plan a nadie.

Vió la bolsa de niño de preescolar que él tenía sobre sus hombros y abrió sus ojos como platos.

— escapaste?

— dime que me amas porfavor! — Kaewoo colocó sus brazos alrededor de su cintura. Necesitaba sacar de su cabeza las palabras de Amber

Hyunjin limpió sus lágrimas y trató de formular una oración, pero un nudo en su garganta se había creado y ahora le impedía decirle a Kaewoo lo que tanto le habia dicho antes.

Hyunjin podía terminar con todo ahí mismo. Decirle que no y sacarlo de su departamento y dejar que algo le pase sin que sea su culpa.

Pero al ver a la única persona que lo habia ayudado a sonreírle un poco a la vida en ese estado, correspondió al abrazo y besó la coronilla de su cabeza.

Hyunjin ahora dependía de Kaewoo, si él estaba triste él también lo estaba.

— ya no llores Kaewoo, cálmate — secó sus mejillas de nuevo y apartó su mochila para tirarla en el sofá — todo va a estar bien... Eso creo

— m-me podrías b-besar? — preguntó Kaewoo con ese tierno sonrojo en sus mejillas. Hyunjin acarició sus mejillas húmedas y asintió, uniendo sus narices.

Kaewoo cerró sus ojos para solo sentir el contacto de los labios de Hyunjin en los suyos y olvidarse de lo que había dicho Amber antes, concentrándose en el momento.

BRΞΛK YOU   [2° temporada de "No Temas"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora