Capítulo Único

880 104 11
                                    

Disclaimer: Fullmetal Alchemist es propiedad absoluta de la mangaka Hiromu Arakawa

Pareja: RoyAi

Línea temporal: Unos cuantos meses después del Día Prometido.

••

Mustang por fin lograba entenderlo.

No era más que un día habitual en su nueva oficina y un montón de papeleo por delante, claro, como era de costumbre, sin si quiera haber avanzado con la mitad de éste; pero ahora no era por mero aburrimiento o por desesperación de tantas hojas por firmar, si no por que estaba vagando de nuevo en los pensamientos que le habían estado inundando la cabeza desde ese día en el que aquel sádico doctor intento obligar al ahora General a transmutar a su leal mano derecha: Riza Hawkeye. 

No podía olvidar la amarga sensación que tuvo en ese instante. Mustang sudó, se exasperó  e incluso estuvo a punto de ceder en lágrimas a realizar aquel ritual, aún a sabiendas de que la transmutación humana era un fallo por cualquier lado que quiera verse, sin embargo no lo hizó, por que en los ojos de la rubia pudo descifrar una seña de fortaleza aún cuando se encontraba completamente débil, diciéndole que no se preocupara, pues ella sabía de sobra lo que estaba por ocurrir.

Aquello, fue el milagro que aclaró su camino; fue la llegada de los refuerzos y la ayuda de la pequeña Mai. Ésta última detuvo la hemorragia de la Teniente y a su vez, le dió la oportunidad a Mustang de seguir manteniendo la esperanza y también, la oportunidad de seguir viviendo.

Por que al igual que Riza, él no tenía ganas de vivir una vida plena y tranquila después de la guerra si ella no estaba a su lado.

De ahí muchos incidentes dentro del mismo Día Prometido ocurrieron, tales como la perdida de la vista de Mustang y la incapacidad de Hawkeye para seguir disparando, provocando que al final tuvieran que unir sus habilidades como Alquimista y Francotiradora para ayudar en la batalla; y no sólo eso, también la cantidad de aventuras vividas por ambos a lo largo de su vida hicieron a Mustang reflexionar detenidamente cada uno de los detalles y situaciones por las que ambos habían pasado juntos, al punto de poder definir una meta a futuro más en su vida...

...Por que después de tantos años, por fin lo entendió.

¡Vivir con la mujer que amas es una felicidad que puede existir en cualquier lugar!

Mustang en ese momento captó todo lo que Hughes decía durante la guerra de Ishbal.

  ¡Tomaré todo lo que he hecho para mí mismo! ¡Y voy a sonreír cuando éste delante de ella!

Pudo comprender el deseo de seguir adelante para estar junto a Riza.

Junto a la mujer que ama.

¡Haré cualquier cosa por conseguir esa felicidad! ¡Voy a sobrevivir!

Sintió su fuerza.

Aquella que en el pasado tanto anhelo tener.

Aquella voluntad inquebrantable y el amor no sólo por la vida humana, si no también el amor por uno mismo.

Mustang suspiró con una ladina sonrisa dibujándose en su rostro, era innegable, aún sentía el dolor de haber acabado con tantas vidas en su pasado, sentía la rabia de haberle causado tanto daño a Hawkeye con sus acciones provocadas por la sed de sangre y tenía temor de seguirse enfrentando al mundo, pero debía de hacerlo, ya no sólo por el país ni por la protección de sus subordinados, si no también por ellos dos, por su supervivencia y por la ansiada felicidad que perdieron al entrar al ejército, aunque creyeran que no son merecedores de volver a sonreír como cuando sus vidas eran tranquilas.

Ser Feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora