Ojos Azules

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Siempre me lo habían advertido. De pequeño había sido un niño muy enfermizo y todos (sobretodo mi madre) me trataban como si fuera de la más fina porcelana. Ellos me habían avisado. Tu corazón, Keith . Tu corazón.
Mi corazón era tan débil y frágil... Siempre había hecho que no pudiera ser un niño normal.
No podía jugar en el parque sin supervisión, ni cuando todos los demás niños lo hacían. No me dejaban ir a los parques de atracciones ni a las excursiones. No podía arriesgarme.

El médico lo había dejado bien claro cuando apenas tenía unos meses. Un solo susto, una emoción muy fuerte, una sorpresa... Podía desencadenar la reacción que acabara en un paro cardíaco y en mi muerte. Yo, sin embargo, me arriesgaba y me arriesgué y todo acabó con una sorpresa. Tan grande que terminó con mi vida. Y todo por culpa de esos ojos azules.

"Blue eyes appeared in the dark.

Blue eyes

Lightened my dark

Cleared my dark.

Something mysterious

Is hiding inside.

Something mysterious is hiding behind

I wanna know more about those beautiful eyes..."

Eso era todo lo que llevaba escrito de una nueva canción que estaba componiendo. Cómo todas las demás acabaría al final en la basura. Cuando la terminara y fuera perfecta, me entraría el miedo. El pánico. Pensar en subir a un escenario, interpretarla...
El sudor me comenzaría a bajar por la nuca y entonces haría del papel una bola y lo lanzaría a la papelera. Siempre pasaba igual.
Pero entonces, estaba en mi momento eufórico, nervioso. Con ganas de ver como evolucionaba aquello que estaba creando.
Aunque fueran pocas las palabras que tenía y la melodía aún fuera difusa en mi cabeza, sabía que tarde o temprano acabaría con aquel proyecto.
Era lunes y eran las cinco de la tarde. Tumbado en mi cama con una libreta y un boli, dibujaba como una colegiala enamorada, corazones alrededor de los primeros versos de la canción.
De pronto sonó el timbre y desperté de mi ensoñación.

Oí como mi madre abría la puerta y emitía una exclamación de sorpresa. Sabía qué se había encontrado, o más bien, a quién. A un chico preguntando por mí. Takashi Shirogane.
Me levanté de la cama de un salto y me alisé los pantalones.
Acomodé las sábanas y los almohadones y miré que todo estuviera en su lugar.
Era una persona muy organizada con mis cosas, algo perfeccionista y siempre pretendía que todo en mi habitación estuviera limpio y perfecto.
Entonces, picaron a la puerta de mi cuarto.
Shiro y mi madre esperaban fuera.

La expresión de mi madre era un poema. En otras circunstancias me hubiera reído.
Miraba a Shiro como si fuera un espécimen alienígena que acababa de llegar a la tierra.
Seguro que estaba preguntándose que clase de persona era ese chico. Alguien lo suficientemente especial como para querer ser amigo de su hijo, o por lo menos venir a verlo. Shiro, en cambio, miraba la casa con asombro. Contemplaba todo como si esperara que en cualquier momento, el fantasma de Simon de Canterville fuera a aparecer a través de las paredes o de debajo de los tablones del suelo.

-Keith, un amigo ha venido a verte.-Me dijo ella con voz fingida.

-Se llama Shiro, mamá. Y viene a hacer un trabajo para la asignatura de Cultura Audiovisual. Agradecería que mientras estemos en mi habitación no nos interrumpas.

Requiescat In Pace (adaptación) -Klance AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora