Me ves, me entiendes, pero no me escuchas.
Quizás te importe lo que digo, lo que hago, pero no demasiado. No lo demuestras.
Entras, me cuentas y te vas.
No me das tiempo a importante, no me das tiempo a merecer la pena.
Entonces sales, con esa sensación satisfecha de sentirte comprendida, importante.
Mientras yo, con una eterna alma rota, continúo en mi bucle constante, sintiendo ese vacío ya propio de mi.
Y es ese vacío, el que termina de hundirse y me deja con la palabra en la boca una y otra vez.
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Poemas en soledad
Short StoryEsta "historia" son pequeños escritos de prosa poética, a la que me he aficionado.