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Tao se miró al espejo, su silueta cubierta solo con ropa interior, miró su figura tan delgada y suspiró abatido; desde que enfermó había bajado de peso abruptamente y ya no sabía que hacer para subir de peso, sin tener que acceder a aquellas dos opciones que no lo convencía en lo absoluto, no quería, ambas le aterraban de la misma forma, no quería operarse, no quería perder esos sentimientos que creía tan puros y hermosos tanto hacía esa persona especial como hacía prácticamente todo, pero tampoco quería confesarle su amor, ya que estaba casi completamente seguro que no eran correspondidos, el era fuerte, pero no tanto como para escuchar de su persona amada un rechazo.

Se alejó del espejo y sacó ropa de sus cajones, se vistió, tomó su mochila y caminó hacía la puerta de su pequeño departamento, pero antes de abrir, las ganas de vomitar se apoderaron de el, sintió como los pétalos se deslizaron por su garganta y no los detuvo, los dejó salir, dejándolos caer en la alfombra; ahí están, tan hermosos como la primera vez que tosio esos pétalos, su color azul presente de esa forma tan viva, con unas pequeñas manchas rojas a los bordes, esas no estaban desde el principio, pero apesar de eso, a Tao le seguían pareciendo hermosos, porque eran símbolo de ese amor que sentía hacía YiFan, eran símbolo de lo puro que eran sus sentimientos hacía el mayor.

Cuando se detuvo, miró el techo de su departamento, con una mano limpió sus lágrimas y con la otra los bordes de su boca por si hubiese alguna evidencia.

Salió de su departamento y bajó las escaleras; abajo estaba el, él causante de esos pétalos azules y Victoria.

—Te vez mal— dijo su prima cuando se percató de su presencia. Tao sonrió de lado.

—Gracias. Me halagas— se puso bien la mochila— Hola Fan— saludó con dificultad.

—Hola Tao— saludó con una leve inclinación de cabeza.— Debo hablar contigo más tarde, es importante— agregó.

Tao no pudo evitar emocionarse con ello, tal vez Kris quería confersarle sus sentmientos, tal vez podrían tener un futuro juntos o solo tal vez la enfermedad de Hanahaki le hacía alucinar y soñar con cosas que jamás pasarían.

—Está bien— sonrió con picor en la garganta, sientiendo la tos aproximarse, debía tomar distancia de YiFan, su cercanía causaba estragos en el. No tuvo que preocuparse mucho por ello, su prima Victoria se encargó de ello, poniéndose en medio de ambos.

—¿Qué me estan escondiendo?— miró a ambos— Naaaa, no importa es cosa de ustedes, ahora, vamos— tomó del brazo a sus dos personas favoritas y comenzó a caminar con ellas hacía la universidad.

Ya ahí cada uno tomó su camino, pero por desgracia para Tao, Kris tenía clases en el mismo pabellón que el, asi que, se fueron juntos.

—Oye es...muy importante lo que quieres hablar conmigo después?— preguntó Huang, sin realizar contacto visual.

—Si— contestó Wu—Es importante— dijo con esa voz profunda que le daba al tema más importancia y hacía que la garganta de Tao picara...

Tao se desvió del camino hacía su salón y fue hacía el baño, podía sentir los pétalos en su garganta y no quería toser frente al causante de ellos o sino soltaria la verdad.

Kris miró con extrañeza a Tao y lo siguió desde una distancia prudente para saber que era lo que lo había hecho desviarse del camino. Vio que Huang entraba con rapidez al baño de estudiantes y apresuró el paso, Tao se encerró en un cubículo y tosio con fuerza, sin percatarse que Kris estaba afuera, escuchando su grotesca tos; trató de que todos los pétalos cayeran en el inodoro, pero uno escapó sin darse cuenta y se deslizó por debajo de la puerta, llegando hasta los pies de Kris; Kris vio algo moverse por su vista periférica hasta llegar a sus pies, hay vio un pétalo azul, de una rosa, estaba casi completamente seguro, se agachó y lo recogió, lo tomó con delicadeza entre dos dedos, y lo volteó, mirándolo con detención mientras la tos de su amigo parecía no parar, se volteó a ver la puerta del cubículo cuando fue golpeada con algo, dejo caer el pétalo al suelo y se acercó a la puerta y apoyó las manos.

—¿Tao?¿Te encuentras bien?— Tao abrió de sobremanera los ojos, esos ojos que estaban ahogandose en lágrimas por el ardor en su garganta, ese ardor que era provocado por Kris...

Su tos fue disminuyendo progresivamente a la fuerza, ya que con la cercanía de Kris le daba tos.

—Si...s-solo me trapilque con mi saliva— mintió, obviamente mintió.

Kris asintió con la cabeza y se separó de la puerta, sacó sus manos de ella y vio que sus dedos dejaron unas marcas rojas, se acercó a ver la puerta, eso, parecía sangre...se miró las manos, tenía dos dedos manchados, los mismos con los cuales tocó el pétalo, se volteó y lo recogió del suelo con la otra mano, para comprobar si ese líquido rojizo realmente era del pétalo, separó sus dedos de el, definitivamente eran de ese pétalo.

El sabía que habían muchas alternativas para saber de que era el pétalo, perfectamente podía ser el pétalo de una rosa y nada más, que había sido manchado con algún pulmón, o pintura de color rojo, o podía ser un arreglo florar artificial, pero...la textura del pétalo no parecía para nada artificial...

Otra posibilidad surco su mente: La Enfermedad De Hanahaki. Kris no era supersticioso y no era mucho de creer en cosas que para el no tenían lógica, en este caso, Kris no creía en esa tal enfermedad, pero las noticias y amigos decían lo contrario, la enfermedad se había vuelto tan natural entre la gente como tener un resfriado, y eso, lo hacía dudar de la veracidad de su lógica. Es que en si, los factores que hacían que esa enfermedad apareciera para YiFan no tenían sentido, era tener un amor no correpondido por más de 2 años, Kris creía que un amor no podía dudar tanto, según el, después de ese tiempo pasaba a ser una obsesión.

Escuchó la cadena del retrete, miró el pétalo y después la puerta del baño, se lo metió en el bolsillo en el justo momento cuando Huang salía del cubículo un poco más pálido.

Tao lo vio y sonrió, Kris no correspondió, hace semanas había observado ese cambio en Tao; más blanco, más delgado, más encorbado, más de negro que lo normal.

—¿De verdad te encuentras bien?— volvió a preguntar, aún sabiendo que Tao le respondería que sí.

—Si...estoy bien— volvió a sonreír, Tao tenía esa manía de sonreír de tal manera que inocentemente atrapaba a Wu.

—Si tu lo dices— se acercó a el y le revolvió el cabello— Nos vemos más tarde— y sin más salió del baño, dejando a un Panda con un pétalo entre los labios...

Pure Love...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora