Daniel cruzaba el campus a toda prisa. Llevaba los libros debajo del brazo y el uniforme hecho un desastre. Iba tarde para su clase de cálculo.
El profesor Kesington, jefe del departamento y su profesor de asignatura, era un hombre entrado en años que no toleraba muchas cosas, entre ellas los retardos. Pero Daniel, Dan como le decían todos, vivía al otro lado de la ciudad en un diminuto cuarto. Tan sólo del departamento de letras hasta el de matemáticas se hacía media hora.
Subió por los peldaños de granito y entró al edificio de aspecto clásico. La mirada de una de los supervisoras le advirtió que debía dejar de correr.
Dan fue junto a las escaleras de caoba lustrosa, se fajó la camisa y acomodó su saco.
-No pierdas tiempo, Pryde-dijo Lilian, su mejor amiga-. El viejo llegó y está hecho una furia.
-¿Qué?-contestó apresurándose a la puerta-.Espera, pero entonces ¿qué haces afuera?
Lilian se echó a reír.
-Por un segundo caes.
-Uf, no hagas eso-dijo sujetándose el estómago-. Por culpa del tráfico vine tarde, el autobús se quedó atascado por veinte minutos.
Daniel se recargó junto a la vitrina de trofeos y tomó aire.
Era un chico de rasgos finos, y era fácil que sus compañeros lo confundieran con uno de ellos sólo por su apariencia, pero Daniel no era rico.
-Tienes que solicitar una beca para quedarte en los dormitorios. No puedes pasártela corriendo de un lado a otro, me canso de sólo verte.
-Oh, no creo que vayan a darme otra.
-Eres uno de los mejores estudiantes, apuesto todos mis cigarrillos a que te darían otra en un abrir y cerrar de ojos-dijo Lilian ajustando sus gafas.
Los dos jóvenes se encaminaron hacia la salida.
-La que tengo ya cubre mis estudios, no quiero mendigar por más.
En ese momento, Jonathan Grant, uno de los profesores adjuntos se encontró con ellos. Era un hombre alto, al principio de sus treinta,con un cuerpo delgado y atlético debajo de su ropa clásica y un rostro apuesto, pero frío. Paseó la mirada en los muchachos deteniéndose un poco más de tiempo en Dan y sin decir nada, entró a su salón.
Lilian y Daniel se quedaron congelados.
-¿Viste cómo te miró?-dijo Lilian.
-No digas tonterías, nos veía a los dos.
-Para ser tan joven tiene una careta como la del señor Kesington-le susurró su amiga mientras cruzaban la puerta.
Daniel soltó una risilla al mirar de soslayo al profesor que aguardaba delante de la clase con las manos en la espalda.El profesor volvió sus ojos hacia él por un instante y luego los desvió hacia las bancas que ascendían en forma de auditorio.
-¿Qué haces nerd?-dijo Lilian a Daniel jalándolo por el brazo, antes de que se encaminara a tomar su asiento en la primera fila-.Vamos a un lugar diferente al cabo que es maestro sustituto.
El muchacho miró al maestro y luego a su amiga, no parecía que a este le hiciera mucha gracia que se tomaran tanto tiempo para acomodarse, ya que la mayoría de los alumnos estaban en su sitio.
Finalmente, se colocaron en el medio del auditorio y pusieron sus útiles sobre la mesa entre susurros y risitas.
-El profesor Kesington-dijo el sustituto con una voz clara y con una nota arrogante-. Tuvo que partir a un congreso de última hora.
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Lecciones Prohibidas
General FictionDominar o ser dominado. Dan recibirá lecciones muy especiales para controlar sus impulsos. Dan es un estudiante becado de una universidad privada, temeroso de su futuro y harto de sus limitaciones económicas, considera una propuesta atractiva pero i...