Muy cerca, muy lejos

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Nota de la autora: Hola, aquí tienen un "nuevo" capítulo. Creo que fue buena idea publicarla de nuevo porque mi cuenta de wattpad estaba inactiva. Sigo preguntándome si debo escribir una segunda parte pero aún tengo un par de historias publicadas aquí en wattpad que están incompletas y que me gustaría terminar. Cualquiera que sea mi decisión, les avisaré. Disfruten la lectura, besos.

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―Buenas noches profesor―dijo atropelladamente y el celular resbaló de sus dedos, era un bochorno lucir tan torpe, pero al menos podía ocultar su expresión mientras se agachaba.

―No tenías qué venir a decírmelo en persona―dijo sin percatarse del efecto que había producido en su estudiante―.Con un mensaje o una llamada hubiera bastado.

―¡Ah! En realidad yo sólo daba una caminata, aún no decido. No es que quisiera verlo a usted, no quería verlo, lo juro.

El profesor Grant sonrió con indulgencia.

―Entendí Pryde, es una coincidencia entonces.

―Completamente. Sí.

―Bien.

Se quedaron callados un momento y a Daniel le parecía imposible respirar. Incluso temía que sus latidos fueran audibles. Si Grant tomaba la iniciativa de irse, haría todo más fácil, pero no se movía de ahí. Además, la tenue luz de las farolas no iluminaba bien su rostro, por lo que no adivinaba la expresión que tenía.

Una fuerte ventisca sacudió las ramas de los árboles y arrastró la hojarasca que se arremolinó en entorno a ambos, hasta que el aire se calmó y las hojas cayeron con suavidad al suelo.

―Procura no regresar muy tarde a tu dormitorio―le recomendó acomodándose la corbata que había quedado hecha un desastre―,aunque es seguro no es bueno que te expongas así, andando tú solo en la oscuridad.

Daniel abrió la boca para decir algo y luego la cerró.

―¿Qué ibas a decir?―dijo Grant buscando su rostro, y a pesar de la oscuridad, a Daniel le preocupó que notara cómo sus mejillas se encendían como la nariz de Rodolfo el reno.

―Iba a decirle que es agradable que se preocupe por mí―respondió en voz muy bajita.

El profesor Grant se sobresaltó.

―¿O me equivoqué? ¡Perdone!, supongo que lo dijo por cortesía y yo lo malinterpreté.

La expresión de Grant se volvió seria.

―Lo interpretaste bien Pryde.

Daniel abrió más los ojos.

―Me preocupa que MI estudiante sufra un percance por imprudencia.

―Oh―exclamó el chico sin poder ocultar su decepción.

―También me preocupa que vayas a resfriarte, está helando, no es buena hora para caminatas espontáneas.

Entonces Daniel se dio cuenta de que Grant no llevaba su saco.

―¡Es verdad!―exclamó casi saltando sobre él y sujetando sus brazos que estaban fríos―¡Dejó su saco en mi dormitorio!

Las manos tibias de Daniel se sintieron reconfortantes en la piel del profesor. Analizó el rostro angustiado de su estudiante y luego Daniel, cayendo en la cuenta de su cercanía, lo soltó.

―Soy más fuerte de lo que parezco―aclaró Grant.

―No tiene nada qué ver la fuerza con la capacidad para soportar el frío―lo corrigió Dan.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2019 ⏰

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