"La lucha entre el Bien y el Mal ha comenzado.
El mundo es el escenario y los rivales se están preparando.
Que no teman los testigos que elijan entre dos destinos por que el apocalipsis ya está en camino."
...
Michael continúo con las entrevistas. Conociendo los secretos y miedos de cada integrante del lugar a quien pasaba por aquella oficina. Por ahora no había nadie interesante ni sospechoso y eso lo estaba estresando.
Michael estaba en la oficina contemplando el fuego de la chimenea esperando a la siguiente persona para entrevistar
-Adelante...-dijo Michael al escuchar que alguien tocaba la puerta. Una chica joven entro al lugar con timidez - toma asiento.- ella miró el sillón y fue a sentarse en el.
-Es un...placer Sr.Langdon...- Michael se dio cuenta que estaba nerviosa por el tono de su voz- mí nombre es...
-Mallory...lo sé - se volteó a verla. Mallory era la asistente de Coco, ella siempre estaba cuando la dramática e intolerante mujer la necesitaba, ahora ella era parte de los sirvientes llamados "grises".
Michael comenzó a entrevistarla. Mallory se ponía cada vez más extraña e incómoda cuando él se acercaba más hacia ella interrogandola. Mientras que el hombre se agachaba y la contemplaba, la joven explicaba en pocas palabras que sentia que habia algo en su interior que pedia a gritos salir, eso le llamo bastante la atención al anticristo, pero el miedo la invadio y se levanto de su asiento para salir de la habitación. Michael la agarro del brazo antes de que ella pudiera salir.
-Te estoy dando la oportunidad de vivir y tu la estas rechazando.
-Déjame en paz! - Una extraña fuerza empujo a Michael al suelo. El anticristo la observó sorprendido.
Ambos estaban completamente confundidos. Mallory salió de la oficina asustada por lo que había pasado, ella realmente podía controlar el fuego? Eso le parecía una locura.
Michael ya tenía una sospecha, ahora tenía que contactarse con su padre para que lo guiará en el siguiente paso.
Entro a una habitación sacándose lentamente su ropa mientras caminaba quedándose completamente desnudo. El cuarto estaba lleno de velas, él se paró en medio del lugar. Levantó del piso la daga que le había pertenecido a Elizabeth, y la observó por un rato, comenzó a recordarla mientras se cortaba los brazos, no podía evitar no extrañarla. Su vista se nublo por causa de las lágrimas que amenazaban en salir.
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Se arrodilló en el piso y dibujo un pentagrama satánico con su sangre, necesitaba saber cuál era la próxima tarea que le daba su padre.
