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• Seúl, south korea

• Lee Taeyong

El mundo siempre era un sinfín de sorpresas ¿No es así? lo sabíamos todas las mañanas al despertar cuando en nuestra mente teníamos ordenado lo que haríamos durante todo el día, pero durante el transcurso no todo sale como lo planeábamos o eso era lo que me pasaba a mi cuando leía una y otra vez las letras "negativo" en esa hoja de papel sentado al otro lado del escritorio en donde estaba aquel hombre que pasaba de unos 30 años observando mi rostro.

La rutina era la misma, pero yo tenía la esperanza de leer un "positivo" hoy y eso se reflejaba mucho en mis expresiones de decepción mientras por mi mente recorría un sinfín de ideas que al final terminaban por ponerme más triste de lo que estaba. Suspiraba con frustración antes de arrugar la hoja de papel un poco y devolvérsela a mi médico.

Taeyong, no tienes porque poner esa cara, sabes que en algún momento encontraremos una cura -Respondió con el miso tono de voz tranquilo para reconfortarme. Sabía que no debía de alterarme, pero me era completamente imposible no hacerlo- ¡Taeyong! Escúchame bien, la siguiente semana comenzaremos con nuevo tratamiento, por ahora dejaremos descansar tu cuerpo antes de someterlo a más medicamentos o podría afectarte.

Lo sé -Rejale un poco mi cuerpo y volví a suspirar antes de alzar mi mirada hacia mi médico- Muchas gracias doctor Seo -Me puse de pie haciendo una pequeña reverencia antes de comenzar a caminar hacia la salida, pero me fui interrumpido por mi doctor al escuchar mi nombre haciendo que le regresará a ver una vez más-

Tae, anímate un poco, es un nuevo año para nosotros, un año de muchas oportunidades en las cuales podría haber sorpresas muy buenas para ambos -Tomó una naranja que estaba en el escritorio y se puso de pie para caminar hacia mí a pasos elegantes, si no fuera porque sabía que era mi doctor lo confundiría con un modelo de medicina, a pesar de su edad era un hombre bien conservado y bastante guapo para los ojos de cualquier chica o por lo menos para todas las enfermeras de ese pasillo, pero para mi era casi como un hermano mayor que caminaba hacia mi buscando una manera de alegrar mi semblante decaído por la misma noticia todos los días- Ten... te daré un poco de suerte -Dijo al momento de colocar la fruta en una de mis manos junto con una sonrisa-

¿U-Un poco de suerte? -Le mire con un pequeño brillo en los ojos al escucharle. Sabía bien las formas de animarme, aunque sea un poco-

Uhm, escuché una vez que, si colocabas tu número en una naranja y la lanzabas al rió, días después te sucedería algo realmente sorprendente

¿Cómo podría ser algo sorprendente? Capaz algún acosador terminará llamándome -Negué con la cabeza mirándole con el entrecejo fruncido- ¿Cuándo inventaste eso? Hace 5 minutos

No, solo inténtalo -Respondió pellizcando con sutileza mi mejilla y suspire negando otra vez al apartarme- Tal vez llegue tu hada madrina

Ves muchos cuentos, doctor Seo -Respondí entre risas burlonas antes de apartarme más- Lo consideraré

Seguí avanzando pasos hasta llegar la puerta de consultorio con una sonrisa, abrí de esta y la cerré tan pronto salí, así como también mi sonrisa desapareció mientras observaba el fruto diciendo un "ridículo" en mi mente. Ahí emprendí mi camino de vuelta a casa, el atardecer comenzaba a hacerse presente con aquellas ventiscas de aire frío por el invierno que pegaban en mi rostro en mi camino a casa, por instinto acomode más la bufanda que rodeaba mi cuello hasta mi nariz y acomode el gorro de lana sobre mi cabeza.

Estoy en mis 21 años, iniciando un año nuevo porque hace unos días acaba de empezar un nuevo calendario, este año estaré cumpliendo 22 años, 22 años de tortura y esclavización para mi mismo. Un chico de 21 años estudiante de una licenciatura en matemáticas, próximo a graduarse en un año y medio con las esperanzas de convertirse en un gran profesor de la misma materia, tampoco era que adorase dar clases, realmente odiaba mucho lidiar con jóvenes porque mi tolerancia era mínima, pero amaba mucho esa materia y mis deseos de extenderla eran tan grandes, al final era como una relación de amor y odio ¿No?

Orange&white / JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora