Él entró como un vendaval a la oficina, solicitando documentos y preguntando detalles sobre diferentes clientes a su paso. Esther, su secretaria, le siguió a lo largo del pasillo y cruzó el umbral de la puerta de cristal detrás de él, le entregó una camisa gris que colgaba de un gancho, un café y entre malabares le dictaba las citas para esa tarde.
Fabio asentía y solo lo interrumpió un par de veces para confirmar algunos datos, al ver que no salía de la oficina al culminar se le quedó viendo a la espera de lo que tuviera que decir. Ella no solía ponerse nerviosa por su presencia, por ello la había contratado, era la única que aguantaba su ritmo, su nivel de exigencia y entendía la confidencialidad que debían guardar en su área.
Para darle tiempo la ignoró y se quitó la camisa rápidamente, acababa de regresar del juzgado tenía que volver en menos de dos horas, con el tráfico a esa hora debía darse prisa, si llegaba un minuto tarde ese juez era capaz de posponer la audiencia y ya tenía suficiente presión de los socios del bufete por ganar ese caso. Le había prometido a su ahora ex esposa que le ayudaría en todo lo que pudiera, la había pasado muy mal desde que el hombre decidió irse con su amante. Había cortado todos los ingresos familiares y dejado de pagar las altas colegiaturas de sus cuatro hijos, uno de ellos con una enfermedad crónica que necesitaba de costosos medicamentos para sobrevivir. Ahora quería la custodia completa.
—¿Sabes que no me sobra el tiempo? Dime qué sucede —dijo mientras se abotonaba la camisa limpia que le había entregado minutos antes.
—Lo llamó... una mujer.
Fabio sintió una especie de choque eléctrico que recorrió todo su cuerpo. La imagen de Susana lo debilitó y estaba a punto de gritarle a Esther por no haberla comunicado de inmediato con él. Su sonrisa atravesó sus pensamientos y se preguntó si se veía tan radiante como siempre. Habían pasado seis meses desde aquella tarde lluviosa en que ella vestía de blanco y él perdía cada latido de su corazón.
—Lo está esperando en la sala de juntas, pero...
No la dejó terminar, si ella lo había buscado era porque lo extrañaba, lo quería de nuevo en su vida o lo necesitaba. Todos esos meses había visto noticias de su ciudad como un acosador y en varias ocasiones encontró fotografías donde había sido invitada a eventos sociales al lado de su esposo. Ella estaba haciendo muchas labores benéficas, aunque le pareció extraño que no supiera más de ella como profesional. El haber visto una llamada suya de aquella noche aún le daba una leve esperanza.
Abrió ambas hojas de las puertas de roble y la buscó con ansias de volver a tenerla entre sus brazos, de sentir su aroma impregnándolo por completo, de escucharla. Se paró un momento y dio dos pasos retrocediendo lo andado para toparse con Esther de nuevo. Con gesto de disculpa se le acercó y le susurró:
—Me dijo que lo esperaría y que si no la dejaba haría un escándalo en recepción. Sabe que hoy firmamos con los japoneses y...
—Ofrécele algo de tomar y dame un minuto, o dos —dijo lleno de resentimiento consigo mismo. Era un idiota, haciéndose ilusiones sobre alguien que lo había cambiado a pesar de todo lo que había hecho por ella. Necesitaba tanto verla que era físicamente doloroso, pero eso no era posible, ya no.
Al ver aquella rubia sentada en la mesa, mostrando sus kilométricas piernas recordó ráfagas de escenas de aquella maldita noche en que había hecho el ridículo frente a una desconocida y ante su amigo que se había propuesto no olvidarlo jamás y se burlaba de él continuamente. No recordaba haberle dicho donde trabajaba, pero tampoco recordaba muchas cosas que aparecieron en su teléfono como evidencia que esa noche no solo hubo una conversación entre ambos. Tomó aire y se dispuso a despacharla, no podía perder el tiempo.
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Quédate [#2 Saga Volver a Amar]
RomanceFabio Andrade lleva años luchando contra sus deseos, intentando apaciguar sentimientos tormentosos hacia Susana, su amiga, con quien ha compartido los mejores y peores momentos de su vida. Ambos han sufrido una gran pérdida y deciden apoyarse mutuam...