Siempre imagine que al convertirme en vampira dejaría de tener pensamientos humanos; débiles y estupidos.
Pero no, esas ganas de vomitar al mirarme al espejo siguen aquí, a pesar de la sed incontrolable que tengo no quiero tomar ni una gota y mi hermano no entiende eso...—————————————————
Voy a la escuela como todos los días, me despierto, me arreglo de una manera sencilla; jeans una polera grande roja y mis vans. ni me miro al espejo, se como terminara eso.
Voy donde mi hermano para despertarlo para que valla a trabajar.- Despierta idiota, tienes un trabajo y a una hermana que mantener -mientras decía esto se tiraba encima de su hermano
- Ve a joder a otro lado, quiero dormir -le dió la espalda y la empujó
- Oye! no puedes tratar a una dama de esa forma
- Yo hago lo que quiero, ya tengo suficiente con las mujeres
- Bueno... Ya levántate, yo ya me voy
- ¿Tomaste algo? -Se levantó de un salto y fue hacia la cocina revisando si aún estaba la bolsa de sangre adentro del refrigerador
- Si, te guarde un poco -Damian miraba a su hermana con desconfianza, mientras esta sonreía falsamente, mire rápidamente el lavaplatos por si había quedado alguna gotita de sangre... y no, sonreí para mis adentros
- Mhm bueno, gracias, pero con la cena de anoche no necesitare beber por un buen tiempo- vi como sus ojos se ponían rojos y puse los ojos en blanco. -y vete se te hace tarde-
- Chao -Se fue sin esperar respuesta
No tomo autobús, me voy caminando hasta una plaza donde me encuentro todas las mañanas con mi amiga y desde allí nos vamos caminando hasta la escuela, ella tiene el pelo rojizo muy bonito pero lo que más llama su atención es lo ancha que es, no es que me importa su físico, pero generalmente es mas dulce la sangre de las personas con unos kilos de mas.
Pero al llegar a la fuente central de aquella plaza no estaba, ¿y ahora que? ella vive a una cuadra de esta plaza podría ir a buscarla pero si ya viene para acá seria una perdida de tiempo, además no tengo teléfono para llamarla, siempre lo dejo en casa porque nunca lo necesito.
Vi una banca a dos metros de donde yo estaba y decidí sentarme a esperar. Mientras esperaba me crujía el estómago y mis colmillos esos malditos traidores estaban alerta por si se acercaba alguna presa. Paso caminando un niño de cabello negro azabache y ojos color azul marino, no pude dejar de mirarlo y en cuanto la brisa me llevo su olor hacia mis fosas nasales, no aguante sentí como mis ojos enrojecían me pare rápidamente y corrí hacia la casa de mi amiga. En el camino logre sacar a medias su exquisito olor de mi interior.
A medida que me acercaba vi su casa de un color turquesa pero había algo distinto en esa casa, una patrulla afuera, tuve un mal presentimiento, en cuanto entre a la casa fue a la derecha al living en donde escuchaba un llanto y alguien tratando de consolar el llanto; el llanto provenía de la mamá de sofía mi amiga, y su papá la consolaba, tuve un mal presentimiento...mierda.
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Sempiterno
FantasyLos humanos no son los únicos que sufren de trastorno alimenticios, y Miranda sobrevive a convivir con humanos sin alimentarse, mientras más pasa el tiempo, menos aguante tiene sobre ella y más problemas aparecen.