¡Qué desgracia la mía!

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Trato de estudiar tus movimientos,
Pero hago ríos en los intentos;
Ni siquiera mis preguntas comprendo,
Prefiero tomarme mi tiempo.

Enciérrame con cadenas,
Hazme dependiente,
Para que haya excusas
Que entienda la gente.

Estuviste dos años,
Estar agradecida debería;
Pero, ¿y si fueron engaños?
¡Qué desgracia la mía!

Podría seguir en ésta y mil vidas
Creando poemas de partes infinitas,
Esperando un regreso sin despedidas,
O por fin aceptando las mentiras.

Sin explicaciones, solo sensaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora